Rusia, con su ingente caudal energético, pone ahora la vista en los Balcanes
GARA |
El presidente ruso, Vladimir Putin, apostó ayer, en el contexto de una cumbre sobre la energía en el sudeste europeo, por un reforzamiento de la confianza entre Moscú y los países de los Balcanes para llevar a cabo proyectos energéticos comunes.
Junto a la anfitriona, Croacia, participan en la cumbre los presidentes de Albania, Bosnia, Bulgaria, Macedonia, Montenegro, Rumanía y Serbia. Eslovenia está representada por un ministro, Grecia por un viceministro y la Comisión de Bruselas envió a un delegado.
Entre los proyectos que el Kremlin, a través de su gigante Gazprom, pretende ultimar se encuentra el oleducto Burgas-Alexandrópolis, que uniría la costa búlgara del Mar Negro con el Mediterráneo.
Moscú busca asimismo avances en sus planes para construir una central nuclear en Belene, Bulgaria.
Cuatro de los estados presentes en la cumbre son miembros de la UE y de la OTAN, mientras que el resto se halla en distintas estadios de acercamiento a estas dos entidades occidentales.
Putin llega a los Balcanes dos semanas después de la visita a Albania del presidente de EEUU, George W. Bush
La cuestión de Kosovo
Bush amenazó entonces con sortear la posibilidad de veto de Rusia e impulsar la independencia de Kosovo.
Una cuestión, la kosovar, que estuvo presente en la cumbre de Zagreb, en el encuentro entre Putin y el presidente serbio, Boris Tadic.