Arbizu, guardián del secreto de cómo aguantar una semana entera de fiesta
En Euskal Herria sabemos muy bien qué son las fiestas y qué suponen: dormir poco y comer y beber mucho; un ritmo que no se puede aguantar de cualquier manera. Sin embargo, en Arbizu no tienen ese problema, pero tampoco lo tienen para desvelar al resto su secreto: los AATE, unaa costumbre tan arraigada como beneficiosa.
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Arbizu ya está inmersa en plenas fiestas patronales y los vecinos de esta localidad de Sakana, gracias al amplio abanico de actos y espectáculos programados, no tendrán tiempo para aburrirse. Otro cuento muy diferente es si podrán aguantar durante nada más y nada menos que siete días de fiesta sin descanso.
Y es que, a pesar de que Arbizu no es un municipio excesivamente grande en cuanto a población, la duración de sus fiestas es comparable a las de cualquier otra localidad o ciudad mayor. Ni los propios sanfermines de Iruñea, de tanto nombre a nivel mundial, ofrecen más que dos días más de fiesta en relación a los que disfrutan los arbizuarras.
En algunas localidades navarras la receta para poder aguantar semejante ritmo es la de celebrar las fiestas divididas en dos fines de semana, pero en Arbizu no hay descanso.
AATE, AATE y más AATE
Aquí se conocen a la perfección el secreto para poder hacer frente a tanta celebración continua: el comer bien. Se podría decir que ese conocimiento está muy extendido por todo el valle de Sakana -en Uharte-Arakil, por ejemplo, la fiesta comienza con una buena merienda- y, generalizando un poco más, en todo Euskal Herria, donde el buen comer es, además de un arte, un verdadero placer.
Pero el caso de Arbizu es especial, ya que durante los siete días de fiestas se organizan un total de doce AATEs o almuerzos/meriendas. Cada día es un colectivo diferente el que se encarga de prepararlo: desde la sociedad Aldabide hasta Zotola, pasando por Argi Bide, EAE-ANV y Askatasuna.
Los arbizuarras cumplen hoy el tercer día de fiestas ininterrumpido, pero gracias a la buena costumbre de reponer fuerzas alrededor de la mesa, seguro que serán muchos los que se vean capaces y con fuerza suficiente para llegar hasta el final, sin dejar de disfrutar un sólo instante.