CRÓNICA ROLLING STONES EN ANOETA
El burlesco circo opulente y ambulante de los Stones sacó su lengua
Cuatro son las décadas que el cuarteto británico lleva sacando irreverentemente la lengua. comenzaron burlándose del establishment para acabar vendiendo camisetas a tutiplén.
Cuarenta y cinco años después de la fundación de la banda, Donostia acogió el mayor espectáculo del mundo del rock, el segundo que se celebraba en Euskal Herria tras estrenarse el 25 de junio de 2003 en San Mames. Los fastuosos Stones dieron fuego a la noche de San Juan demostrando dominar el negocio musical de principio a fin. El pacto con el diablo sigue dando frutos y sus satánicas majestades lograron hacer fibrilar a un público entregado demostrando una forma física sorprendente.
Rock & Roll inmortal
Con «It´s Only Rock´n´Roll (But I Like It)» sonando y el sobrio Charlie Watts (junio de 1941) a los mandos, la vagoneta de los Stones comenzó a rodar para viajar al centro de la pista. Rodeados por un público enfervorizado -les lanzaron una bota de vino que Ron recogió- atacaron «It´s All Over Now» y una apoteósica «Satisfaction» para volver con «Honky Tonk Women» al tablado principal, presidido ahora por una gigantesca lengua hinchable, icono de la banda diseñado por John Pasche en 1971.
La apoteósica traca final demostró, circo mediático al margen, por qué los Stones están en lo alto del Olimpo del Rock & Roll, desgranando clásicos imperecederos. «Symphaty For The Devil» con el escenario en llamas, «Paint It Black» y una efectiva «Brown Sugar», con un sonido atronador. Pasada la medianoche la llama se extinguió con el único bis, «Jumpin Jack Flash» y Jagger gritando «mila esker».
Mucho más que rock & roll para nuestra satisfacción. Que sigan rodando sus majestades.
Anartz BILBAO