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Maite SOROA

Creerse lo publicado

La polémica en relación a las informaciones aportadas por GARA sobre los avatares del proceso están, día sí y día también, en la prensa como objeto de debate. Ayer en «El Semanal Digital», Alfonso Basallo compadecía a la vicepresidenta española, María Teresa Fernández de la Vega porque, decía, «Hace falta muchas tablas para desmentir el serial que están dando los medios abertzales sobre los contactos secretos Gobierno-ETA. Y ser una Katharine Hepburn -en hortera, claro- para descalificar esa cantidad de datos, alegando que el mensajero es mentiroso por definición». Mira por dónde... Y también le zurraba un poco al presidente: «En esa misma línea va el propio Zapatero al señalar que lo publicado por Gara no son sino `especulaciones' y `propaganda'».

Y es que Bargallo sí ha creído lo publicado a pesar de que «ETA no es la Associated Press, ni Gara el Wall Street Journal». Pero «lo que ha sido soltando Gara tiene una lógica aplastante y los hechos encajan: desde que la legalización de Batasuna era uno de los requisitos de la `hoja de ruta' para la falsa paz... hasta que después del atentado de Barajas, socialistas y revientanucas se siguieron sentando a negociar como si fueran Solana y un diplomático del mundo árabe». Bargallo empieza a desbarrar: «Es obvio que Gara utiliza la información como instrumento para presionar, (ya se sabe, ETA lo metaboliza todo y todo lo convierte en misil de su lucha armada). Pero eso no quiere decir que lo que dice no sea cierto. Es más, según los expertos en terrorismo, cuanta más rigurosa sea la información, más eficaz resultará el chantaje». O, simplemente, es información, amigo Bargallo. Y se pregunta por qué descalificar la información: «¿Sólo porque cuentan los hechos, contemplados desde su punto de vista?». Para explicarse, recurre a una anécdota, en este caso cierta: «Cuando la infanta Cristina se casó con Iñaki Urdangarin, `Egin' dio la noticia... ¡en deportes! Hablaba de una señorita de Madrid desposándose con una estrella del balonmano. Era una forma de verlo, harto peculiar... pero no se puede decir que mintiera. Lo mismo ocurre ahora con las actas secretas que dejan al zapaterismo con las vergüenzas al aire, como esa carta de ETA dirigida al presidente, que parece la misiva de un director comercial al ejecutivo de otra firma. Sólo falta el `estimado colega' o el `muy señor mío' y el `atentamente'...».

Para concluir, el columnista reflexiona: «¿Por qué no pensar que -como Escrutopo, el diabólico personaje de C.S. Lewis-, ETA y el diario Gara revelan la verdad cuando publican las negociaciones secretas con el zapaterismo?». Pues porque a algunos, simplemente, no les interesa.

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