El pasado fin de semana la crítica de arte argentino-mexicana Raquel Tibol afirmó que tanto el retrato de Alejandro Gómez Arias como un dibujo en el que aparece Isolda Kahlo, expuestos con 352 obras más en la muestra «Frida Kahlo, homenaje nacional 1907-2007», son falsos.

Tibol, una de las más rigurosas estudiosas de la vida y obra de Kahlo, y autora de varios libros sobre la pintora, manifestó que se percató de los falsos al visitar la exposición homenaje. Ahí mismo, según explicó posteriormente, le comunicó su observación a la directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, Roxana Velázquez: «Le dije, no me hagan caso, llamen a calígrafos del Banco de México, que son muy finos y saben analizar si un dibujo corresponde al mismo ritmo manual. Ellos podrían determinar si las piezas que digo son o no de Frida, y si son auténticas me taparían la boca».

La autora del libro «Frida Kahlo en su luz más íntima» agregó después: «Cuando usted mira y mira a un artista por años, aprende a reconocer los rasgos, como se reconoce la letra de su papá o su mamá. Yo reconozco los trazos de Frida de tanto mirarla, por eso cuando vi esos dibujos respingué y dije `eso no es de la mano de Frida'».

Sin embargo, esa afirmación no es compartida por la responsable del Museo que alberga la exposición. Roxana Velázquez cree que es muy respetable la opinión de Tibol, pero expresó su desacuerdo con ella. «Ya no estamos en los tiempos en que una opinión sea suficiente para que inmediatamente (...) te pongas a descolgar piezas», agregó.

Velázquez explicó, en una entrevista concedida a Efe, que para la muestra se contó con un comité formado por más de veinte expertos que han dedicado su vida al estudio de la obra de la pintora mexicana (1907-1954), homenajeada este año al cumplirse un siglo de su nacimiento.

La directora del Museo del Palacio de Bellas Artes declaró que la duda expresada por Tibol no es nueva y que la misma fue analizada por especialistas como Salomón Grimberg, Juan Coronel Rivera y Américo Sánchez, quienes tampoco coinciden con la crítica. Precisamente, Coronel Rivera dijo que el retrato de Alejandro Gómez Arias (1928), un novio de juventud de la artista, tiene una historia «totalmente limpia», y que Frida lo conservó hasta 1950. Destacó que existen varias cartas en las que él le solicita a Frida su retrato y en correspondencia la pintora le pide una fotografía para pintarlo.

Sobre el dibujo de Isolda, el mismo especialista sostiene que era propiedad de Rina Lazo y se realizó en los años cincuenta.

«Debería sufragarlos ella»

Coronel Rivera solicitó a Tibol que muestre algún «contrapeso histórico» que sustente sus afirmaciones sobre los cuadros que presume que son falsos, y dijo que si lo hace él «sería el primer interesado en revisar la pintura». Agregó que si la crítica dice que no es auténtica una obra y pide que se le hagan análisis caligráficos, ella misma debería sufragarlos y no «pedir que el Gobierno de México lo haga».

Coronel Rivera cree que para evitar que se dé esta serie de polémicas se debe crear una listado de su obra, «no un catálogo razonado, pues llevaría muchos años», pero sí un libro que reúna la obra de Kahlo, que a su juicio no rebasa las 400 obras pictóricas, incluyendo los recientes hallazgos en los archivos del Museo Frida Kahlo.