Mahatsondoa llama a «empaparnos de compromiso por los presos»
«Los presos políticos vascos no tienen que andar buscando en los diccionarios el significado de la palabra aislamiento», denunciaron ayer en Laudio los promotores de la iniciativa alavesa Mahatsondora, que trasladaron hasta esta localidad su compromiso de denunciar la vulneración sistemática de derechos que sufren los represaliados encarcelados. Una manifestación fue el acto principal de una jornada cargada de actividades, entre la fiesta y la reivindicación.
Joseba VIVANCO | LAUDIO
Las fotografías de Aitor Garcia y Unai González encabezaban esta vez las dos habituales hileras de imágenes que preceden a toda manifestación de apoyo a los presos políticos vascos. Delante, una pancarta con la repetida reivindicación de «Euskal presoak Euskal Herrira», y seis «neskas» portando una gran enseña con el anagrama del mismo lema. Detrás, varios centenares de personas que respondieron a la llamada de la recién constituida iniciativa Mahatsondora, que pretende socializar la grave situación de los represaliados y en concreto la de los alaveses.
Laudio fue ayer el escenario escogido para la multitudinaria presentación de esta iniciativa, que persigue, como se dejó claro en los discursos posteriores, «que se respeten los derechos, tanto civiles como políticos» de presos y presas vascos.
Pasada la una de la tarde comenzó la manifestación que durante casi una hora recorrió las principales calles de la localidad alavesa. A los gritos de «Presoak kalera, amnistia osoa» o «Amnistiarik gabe, pakerik ez», los asistentes iniciaron la marcha por la céntrica Avenida de Zumalakarregi. Al final de la calle, algunos de los participantes en la II. Aiarako Mendi Marxta, que concluyó ayer en Laudio, los recibieron con aplausos. A lo largo del recorrido, grupos de personas aguardaban portando diferentes pancartas en las que se hacía alusión a los distintos derechos de los que son privados los presos y presas políticos. También se habían colgado otras en las que se recordaban nombres como los de los laudioarras Julen, Gartzen y Manu, o el malogrado vecino de Otxandio Ruben Garate.
Las consignas pronunciadas durante la manifestación arreciaron cuando a punto de concluir y regresar al lugar de salida, el parque de Lamuza, la marcha pasó por delante del cuartel de la Guardia Civil. Fue entonces cuando se escucharon con fuerza frases como «Indar okupatzaileak, kanpora» o «Estos de ahí, torturan a la gente».
En la plaza, el sonido de la txalaparta recibió a los manifestantes. Por la megafonía se dejó escuchar el sonido del arranque de un automóvil, al que dio paso una voz que recordó que los familiares de los presos y presas vascos recorren cada semana 529.485 kilómetros -el equivalente a once vueltas al mundo- y gastan en ello 23 millones de euros, pero también, algunos pierden su vida, como se dedujo del estruendo posterior simulando un accidente de tráfico.
En ese mismo momento, en el escenario fueron descolgados uno a uno los rostros de Fontso Isasi, Pili Arsuaga y Rubén Garate, los dos primeros de Laudio y el tercero de Otxandio, muertos en accidente de tráfico en los interminables viajes a cárceles españolas. Los sentidos aplausos y gritos de «Herriak ez du barkatuko» acompañaron el emotivo momento.
Acto seguido, los familiares que portaban las fotografías de sus allegados subieron al escenario, mientras resonaba la música de ``Askatasun ohiua'', del grupo Ken 7. Allí, recibieron el apluso de los presentes, al tiempo que les fueron entregados claveles rojos y blancos.
«Las batallas por ganar»
«El camino de la independencia y el socialismo es duro y largo. Nos pisan, nos callan, nos criminalizan, pero aquí estamos, en pie y fuertes, listos para luchar. Siempre ha habido flores en Euskal Herria, algunas se han ido, otras permanecen y surgirán otras nuevas», se dirigió después desde el escenario una representante del movimiento pro amnistía.
La iniciativa Mahatsondora surgió ante la grave situación de vulneración de derechos de los represaliados vascos. Derechos incumplidos que se plasman en medidas como la dispersión o la no excarcelación de aquellos enfermos graves o quienes han cumplido 3/4 o 2/3 de condena.
«Estas son las batallas a conseguir, las que tenemos que ganar. Por desgracia, la clase política no hace nada porque se respeten los derechos de los presos políticos vascos y por eso hemos sido los agentes sociales y sindicales quienes hemos tenido que poner en marcha la presión y quienes tenemos que empaparnos de compromiso hasta conseguir que esos derechos fundamentales sean respetados», se emplazó.
En el acto no podía faltar la interpretación del aurresku, que fue bailado por Ibon Azkarraga. Después, unos bertsos dieron paso al discurso final, en el que se detallaron algunos casos concretos, con nombre y apellidos, de la vulneración de esos derechos que ayer se reclamaron.
A pesar de los nubarrones que se cernían sobre Laudio, a modo de metáfora de la situación que viven decenas de presos y presas, desde Mahatsondora se lanzó el mensaje a los presentes de que «éste no es el final. Tenemos que seguir recogiendo adhesiones y compromisos hasta conseguir la libertad de aquellos que ya han cumplido 3/4, 2/3 o la totalidad de la condena y que deberían estar en la calle; hasta que queden en libertad quienes por estar gravemente enfermos deberían haber sido excarcelados. En definitiva, hasta que los presos políticos vascos sean repatriados a Euskal Herria, dueños de todos sus derechos».
El canto del Eusko Gudariak puso el colofón al acto político, ya que la jornada prosiguió con una comida popular y diversas actividades festivas.
«Unai Gonzalez Azua comenta que quizá su amiga se sorprende de ver que su respuesta no le llega hasta tres semanas después. Pensará que no le ha querido responder, que pasa de ella, y es que ella no sabe que la carta le llegó 25 días después de que la enviara, y tampoco sabe que antes que ella la leyeron otros. Desconoce que él sólo puede enviar dos cartas a la semana, y que se le van acumulando las que tiene que responder». Es uno de los relatos leídos ayer al término de la manifestación en Laudio, donde se puso de manifiesto la vulneración de los distintos derechos a la que son sometidos estos represaliados. Como el caso de Iñaki Garcés, que en su casa y en su pueblo siempre hablaba con su familia y amigos en euskara y en la cárcel ya no lo puede hacer porque se le impide.
O como el ejemplo de Alicia, «que no ha podido realizar varias visitas al no poder sacar a Ortzadar, su hija, a los locutorios, porque al igual que al resto de presas, la vida familiar se ve dificultada tanto para la madre como para el padre, como para quien acude a la visita».
Son algunas vulneraciones. La de Julen Fernández es otra más. El 24 de setiembre de 2004 debería haber salido de la cárcel en libertad condicional al cumplir las 3/4 de su condena. Pero no lo ha hecho, al igual que otros alaveses como Manu González, Santos Berganza, Gartzen Garaio, Iñaki Fernández de Larrinoa, Gotzone López de Luzuriaga, Gorka Perea, Eduardo Plagaro, Iñaki Pujana, Andoni Cabello, Josu Díaz de Heredia, José Ramón Martínez de la Fuente o José Angel Biguri. Y como ellos otros 120 presos y presas vascos más.
Hasta 64 colectivos sociales y 25 personas a nivel indivual se han solidarizado ya con el listado de derechos que defiende la iniciativa alavesa Mahatsondora. Ayer, se emplazó a seguir recogiendo adhesiones y compromisos.