El presidente de EEUU, George Bush, recibió ayer a su homólogo ruso, Vladimir Putin, en su residencia familiar a orillas del Atlántico con el objetivo de reforzar su relación personal y solucionar los desencuentros entre ambos países.

Sin embargo, centenares de manifestantes rompieron la calma de la bucólica Kennebunkport (estado de Maine) para reclamar el fin de la guerra de Irak, además de la destitución de Bush y del vicepresidente Dick Cheney.

«Se trata de restaurar la democracia, reclamar cuentas a Bush y a Cheney por habernos metido en una guerra ilegal, por la tortura y los crímenes de guerra», señaló a France Presse Jamilla el-Shafei, una de las organizadoras de la protesta, que también recordó el papel que Putin juega en Chechenia.

Aunque durante el mandato de George Bush padre, la residencia de Kennebunkport acogió a numerosos líderes mundiales, Putin será el primero que acuda a esta localidad de Maine desde que gobierna George Bush hijo.

Bogavante y pesca

Bush confía en las virtudes del bogavante -la especialidad de Kennebunkport- y una posible excursión de pesca para relajar las tensiones con Putin.

El principal desencuentro que enfrenta actualmente a Rusia y a EEUU es el programa de escudo antimisiles que Bush quiere instalar en Europa Oriental.

Junto a ello, no se pueden olvidar las posiciones antagónicas que Washington y Moscú tienen sobre la resolución del conflicto de Kosovo, los planes de expansión de la OTAN hasta llegar a las fronteras rusas y las críticas de Bush al escaso nivel de libertades políticas que se vive en Rusia.

En cualquier caso, antes del encuentro de Kennebunkport, los dos líderes trataron de rebajar la tensión, descartando rotundamente la posibilidad de volver a la «guerra fría».