El «incidente» del que inicialmente habló Scotland Yard, en relación al supuesto atentado de Glasgow, se convirtió ayer en un episodio más de la cadena de ataques que «gente asociada a Al Qaeda» pretende llevar a cabo contra Gran Bretaña, tras el hallazgo de dos coches cargados de explosivos en Londres el viernes. La Policía no tiene dudas sobre la relación entre estos tres incidentes y asegura que la investigación avanza «muy rápida». Hasta el momento han sido detenidas cinco personas, al tiempo que la sicosis sobre atentados se ha disparado en todo Gran Bretaña.

El primer ministro británico, Gordon Brown, con un estreno muy agitado cuando apenas lleva seis días en el asiento que heredó de Tony Blair, apuntó ayer a Al Qaeda como responsable de los «atentados frustrados».

En declaraciones a la BBC, Brown recordó a Blair al asegurar que «no cederá ni será intimidado ni permitirá a nadie que perjudique el modo de vida británico», y negar cualquier tipo de relación entre la política exterior británica en Oriente Medio y los atentados.

Refiriéndose a los incidentes, el primer ministro afirmó que «está claro que tenemos que ver, en términos generales, con gente asociada a Al Qaeda».

El nuevo líder laborista atribuyó esos ataques a «un grupo de personas no sólo en este país sino en todo el mundo que está dispuesta a hacer el máximo daño a los civiles».

En opinión de Brown, la respuesta no puede ser sólo «militar, policial y de seguridad», sino que debe incluir, según el primer ministro, medidas para ganar «los corazones y las mentes de los musulmanes ordinarios y separar a los extremistas de la mayoría respetuosa de las leyes».

El sucesor de Blair se mostró en desacuerdo con quienes afirman que los activistas están motivados sólo por la ira que les provoca la ocupación militar británica en Irak y Afganistán,

Esos «individuos», dijo el primer ministro, están llenos de «resentimiento contra la sociedad y particularmente los valores que encarnan la gente decente de cualquier religión».

«Con independencia de Irak, con independencia de Afganistán y con independencia de lo que ocurre en distintas partes del mundo, hay una organización internacional que trata de infligir el máximo año a civiles en persecución de un objetivo terrorista totalmente inaceptable para la inmensa mayoría», añadió Brown.

Cinco detenidos

Entretanto, el jefe del mando antiterrorista de Scotland Yard, Peter Clarke, afirmó ayer que la investigación policial avanza «muy rápidamente».

En una breve conferencia de prensa en Glasgow, Clarke expresó su confianza en que muy pronto tendrán un «conocimiento muy completo de los métodos» y de «las redes a las que pertenecen los terroristas».

Clarke afirma que «los vínculos entre los tres ataques es cada vez más clara», en referencia a los dos coches bomba hallados el viernes en Londres y al incidente del sábado en el aeropuerto de Glasgow, en el que dos supuestos kamikazes estrellaron un automóvil contra la puerta de entrada de la terminal número uno.

El policía explicó que los expertos están visionando «miles de horas de filmación de las cámaras de vídeo» y agregó que se tardarán aún algunas semanas para completar ese trabajo.

La Policía ha detenido hasta ahora a cinco personas, entre ellas las dos que ocupaban el vehículo que ardió en el aeropuerto escocés.

Según las fuentes policiales, uno de ellos, el conductor del vehículo, que sufrió quemaduras al incendiarse el automóvil en el impacto contra el edificio, se encuentra hospitalizado y su estado es crítico. No obstante, fue desmentida la

En el hospital donde está internado, la Policía llevó ayer a cabo la explosión controlada de un automóvil sospechoso, pero según la BBC no se descubrió material explosivo en su interior.

Otras dos personas, un hombre de 26 años y una mujer de 27, fueron detenidos en la noche del sábado en una carretera en el condado de Cheshire, en el norte de Inglaterra.

La Policía relacionó su captura con los sucesos de Londres y de Glasgow, y ayer una quinta persona fue detenida en Liverpool, donde se registraron también varias casas.

La ministra del Interior, Jacqui Smith, presidió ayer una nueva reunión -la cuarta en tres días- del comité de seguridad del Gobierno conocido como Cobra para discutir las nuevas medidas policiales.

Al término de la reunión de ese grupo interministerial, Smith anunció que hoy efectuará una declaración oficial sobre los últimos sucesos y las medidas adoptadas en la Cámara de los Comunes. La ministra reiteró la necesidad de que la población se mantenga vigilante e informe a la Policía de cualquier movimiento sospechoso.

La responsable del Interior, primera mujer que ocupa ese puesto en Gran Bretaña, justificó, por otro lado, el incremento de las medidas de seguridad en los aeropuertos, que están causando fuertes perturbaciones a los viajeros.

Smith justificó, por otro lado, el incremento de las medidas de seguridad en los aeropuertos y otros lugares públicos británicos, que han causado fuertes perturbaciones a los viajeros.

Además del aeropuerto de Glasgow, que estuvo cerrado al tráfico y en el que ayer se reanudaron buena parte de los vuelos, otros aeropuertos no permiten entrar en su perímetro a los automóviles particulares para dejar o recoger pasajeros.