Crónica, XXXI FESTIVAL DE JAZZ DE GETXO
La Rob Espino & Friends de Nueva Orleans ofrece un viaje musical en metro
Se adelanta el inicio del Festival de Jazz de Getxo en la estación del Casco Viejo. El tren de la música partió ayer con destino Algorta.
El Festival de Jazz de Getxo dará comienzo esta noche en la plaza Biotz Alai, a partir de las 22.30. El trío europeo Aldo Romano, Louis Sclavis y Henry Texier será el protagonista principal de la jornada, ofreciendo una combinación de jazz y ritmos étnicos. El programa se completa con los conciertos de la sección «Tercer Milenio», a cargo de Juan Pablo Balcázar Voyage Quartet y del Concurso de Grupos, de la mano de Think Tank.
Un día antes de que empezase esta XXXI edición, la fiesta ya se puso en marcha en el Casco Viejo bilbaino. Metro Bilbao ha querido rendir su pequeño homenaje a este encuentro, invitando a uno de los grupos participantes. Los Rob Espino & Friends, llegados desde Nueva Orleans, recorrieron ayer la línea 1 del metro, desde la estación de la plaza Unamuno hasta Algorta. El grupo musical lo integran Rob Espino (tuba y dirección), Reginald Stewart (trombón), Brent Rose (saxo tenor), Will Smith (trompeta y voz), Kerry Hunter (caja) y Cayetano Ingle (bombo).
Minutos antes de la llegada del sexteto, los bilbainos no eran conscientes de que pronto la música animaría un día nublado en la capital. Vestidos todos ellos con pantalón negro y camiseta blanca anunciando el festival, fueron atrayendo y animando a las y los clientes del suburbano.
Aunque la cita dentro de la estación estaba prevista para las 12.15, la banda tocó más de seis canciones en mitad de la plaza Unamuno para sorpresa de todos los viandantes. Su melodía pegadiza y el desparpajo de Will Smith (voz del grupo) consiguieron frenar los andares ajetreados de bilbainos y bilbainas por unos instantes. Tímidamente, los espectadores se fueron agrupando alrededor de la banda, siendo los niños los únicos en atreverse a bailar al son del jazz. Tras un acalorado aplauso, se dispusieron a hacer su entrada a los vagones.
La gente se hacía a un lado a su paso. Los flashes de turistas japoneses y medios de comunicación cegaban a los clientes que animadamente se deslizan en las cintas correderas tras la banda. La música retumbaba en los túneles y animaba a unirse a la alegría de los músicos. A medida que llegaron hacia las taquillas de la estación, los ruidos de los trenes quedaron ahogados para dar paso al pegadizo ritmo de Rob Espino.
Por un instante, los trabajadores de Metro Bilbao dejaron el trabajo a un lado para mezclarse con los curiosos que fueron rodeando al grupo cada vez más grande. El interés fue en aumento y la gente fue aplaudiendo cada vez con más ansia, invadiendo las sonrisas el suburbano. Los ritmos veraniegos de los instrumentos invitaban a los niños, demasiado pequeños como para sentir pudor alguno, a bailar bajo la atenta mirada de sus padres.
A las 12.40 arrancaba el tren musical con destino Algorta. Situados al final del último vagón, la banda de Nueva Orleans no tocó para sorpresa de los viajeros. Tras varias paradas sin notas musicales, la gente perdió la curiosidad para sumergirse en sus propios pensamientos. De repente, las cabezas comenzaron a alzarse cuando Brent Rose empezó a tocar tímidamente una breve pieza a la llegada de Erandio, siendo su compañero Cayetano Ingle quien prosiguió la fugaz partitura. Poco a poco todos los componentes del grupo fueron acompañándoles con chasquidos y palmadas, aunque la música sonaba cada vez más suave. Quien demostró ser un desinhibido grupo se reservaba para tocar en Algorta.
El festival promete ser un punto de encuentro multitudinario para todos los amantes del Jazz.
Ianire RENOBALES