Raimundo Fitero
Rebajas
Tengo malas sensaciones. Una especie de bucle contradictorio. En las rebajas siempre aparecen anuncios que aprovechan la fama de personajes, artistas, notorios mediáticos. Es una norma, una costumbre, un oportunismo. Pero este verano El Corte Inglés ha contratado a mis héroes, a algunos de los habitantes del mundo cafetero de «Cámera Café». Y eso me deja mal cuerpo. Tienen todo el derecho del mundo los actores a ganarse un sobresueldo; supongo que tendrán permiso de la productora para aparecer, no como las personas, sino como los personajes, pero a mí me han robado un poco de magia.
Posiblemente sea consecuencia del estado de la luna menguante, pero comprobando que han sabido los publicistas captar a los personajes, colocarlos en situa- ciones parangonables a las que diariamente nos entretienen, resaltan sus características, desarrollan diálogos que parecen venir del original... la cuestión llega al crearme una duda pasajera que me deja un estado de insatisfacción angustiosa, porque no sé cómo los veré a partir de ahora, si como unos seres de un planeta llamado «Oficina Escaqueo» o como simples agentes de ventas de unos grandes almacenes.
Uno está acostumbrado a ver a Carlos Sobera vendiendo todo lo vendible, a Ramón García siendo un soporte publicitario en sí mismo, a Carlos Argiñano en un spot constante entre productos, locales y aparatos. Pero así, de repente, que de una serie colectiva varios de sus actores también nos vendan paraísos beneficiosos con los descuentos en las rebajas, me deja descolocado. Y ha pasado otras veces, sí.
Comprobamos cómo los publicistas nos ofrecen piezas audiovisuales con lenguajes avanzados, pero en la hora de la verdad, recurren a lo de siempre. Famosos tenistas o baloncestistas que venden coches o relojes, futbolistas con sus derivados lácteos, automovilistas que anuncian operadoras de telefonía móvil. Es decir, recursos oportunistas, fáciles, identificaciones directas con la fama. Por cierto, ¿tanto dan los relojes de marca para que hayan tantos anuncios y con famosos de tan alta cotización? Los falsificadores se frotan las manos con tanta publicidad. ¿En las marcas falsificadas también hay rebajas?