Tras el anuncio de Eusko Alkartasuna de priorizar el acuerdo con el PNV para conformar el gobierno de la Diputación de Gipuzkoa, el candidato a diputado general del PSE, Miguel Buen, no se resigna a conseguir el control del ente foral. Ayer anunció que el lunes emprendió las negociaciones con Ezker Batua, aunque ni EB ni PP se dejan querer. Pese a ello, Buen advirtió tanto a Markel Olano, candidato jeltzale a diputado general, como a Iñaki Galdos, presidente de EA del herrialde, de que «no duerman tranquilos hasta el viernes», día del nombramiento del diputado general.

El presidente del PSE guipuzcoano compareció en Donostia para dar cuenta del escenario generado tras recibir la negativa de EA de formar juntos la Diputación. Una decisión que «lamentó profundamente» al entender que en EA prevalece el continuismo, en vez de apostar por un cambio integral para Gipuzkoa. Dejó entrever, además, el anhelo posible de «romper con un mito» y desbancar al PNV del poder en el herrialde. Una opción real, a su juicio, con la composición de una Diputación «estable, fuerte y cohesionada». Y transparente, premisa que el PSE antepuso a cualquier pacto desde la precampaña, por los supuestos fraudes en la delegación de Hacienda en Irun.

Sumas y restas cara al viernes

Pero la negativa de EA no es óbice, a juicio de Buen, para que el PSE se haga con la Diputación. El candidato a diputado general subrayó que el pasado 27 de mayo fue el PSE la fuerza más votada en el herrialde, y que continuará defendiendo la opción de conformar un ente foral «de progreso». Para explicar su seguridad de que todas las puertas hacia la Diputación no están cerradas para el PSE, echó mano de las matemáticas.

Recordó que, al igual que sucedió durante la composición de las Juntas Generales -de las que ANV ha sido excluida por la ilegalización-, el PNV (16) y EA (7) suman 23 escaños. Suficientes si a los del PSE (16) se suman sólo los del PP (6), con un cómputo de 22 sillones. Pero todo cambia si a la entente constitucionalista se le suman los 4 apoderados de EB, tal y como ya ocurrió en la elección de la presindenta de las Juntas. De los 2 de Aralar señaló que «no son necesarios».

Faltó tiempo para que desde EB desmintieran lo dicho por Buen. El coordinador de esa formación en Gipuzkoa, Antton Karrera, negó que hayan iniciado negociaciones con el PSE, aunque criticó duramente la actitud de EA y del PNV, y adelantó que «EB en ningún momento será miembro de un Gobierno como mera comparsa». Desde las filas del PP aseguraron que les «encantaría» que el PNV «pasara a la oposición», pero tampoco ve «una alternartiva al nacionalismo gobernante» con un Ejecutivo integrado por el PSE y EB.