70 aniversario del fusilamiento de josé placer, gudari de anv
Recordar para conocer la verdad de este pueblo
Condenado a muerte por «sedición y rebeldía con agravante de comisario político», José Placer fue fusilado hace hoy 70 años en el muro trasero del cementerio de Santa Isabel de Gasteiz. Tenía 41 años, era «sincero, abierto y honesto», y comandante de EAE-ANV en la lucha contra el fascismo.
IKER
BIZKARGUENAGA
El profesor de Teología Felix Placer atiende gustoso a la llamada de GARA y se explaya al recordar la figura de su tío, José Placer, el mayor de una familia de quince hermanos y hermanas de reconocida trayectoria en la lucha contra el fascismo, que sufrió de forma directa las consecuencias de la guerra y la represión franquista.
La tapia trasera del cementerio gasteiztarra de Santa Isabel ha asistido, como mudo e involuntario testigo, al fusilamiento de decenas de personas, que fueron pasadas por las armas por los sublevados.
El 5 de julio de 1937, José Placer Martínez de Lecea, tras juicio sumarísimo, cayó abatido por las balas fascistas. Sus últimas palabras, como recordó en su diario el sacerdote jesuita Alfonso María Moreno, fueron la mejor expresión de las ideas que habían dado cauce a su trayectoria vital; «Gora Euskadi Askatuta!» gritó ante sus ejecutores, antes de caer a los pies del paredón.
Miembro del Comité Nacional de ANV
«Pepe, mi tío, nació en 1896 en Ozaeta, en la comarca de Barrundia, y allí vivió hasta que muy pronto marchó a Gasteiz, donde empezó a trabajar» evoca Felix, desde los locales de la parroquia del Buen Pastor, en el barrio vitoriano de Zaramaga.
Recuerda que, tras nacer EAE-ANV en 1930, José se afilió a la formación ekintzale al año siguiente, y que fue uno de sus principales impulsores en Araba, desde sus ideas abertzales y de izquierda. Fue nombrado miembro del Comité Nacional de su partido, y representante del mismo en el herrialde.
Participó activamente en la campaña electoral de 1936, recorriendo los pueblos de Araba y también la capital, Gasteiz, donde el Frente Popular en el que estaba integrado ANV, logró la victoria con clara diferencia respecto a sus contrincantes.
Tras los comicios se renovó la Comisión Gestora Provincial de Araba -lo que hoy sería la Diputación-, y José Placer, junto al también militante ekintzale José María Belaustegigotia, fue designado gestor en representación de ANV.
«Por lo tanto, fue uno de los primeros representantes de la izquierda abertzale en la Diputación de Araba» apunta al respecto Felix, para agregar, esbozando una sonrisa, que «desde mi tío hasta hoy no ha habido representantes de ANV en la Diputación».
En aquella Gestora Provincial, la formación de izquierdas y abertzale tuvo la misma representación que el PSOE, integrado también en el Frente Popular. Izquierda Republicana obtuvo cinco gestores, y el Partido Comunista, la UGT y Unión Republicana, un electo cada uno. Aquella gestora estuvo presidida por Teodoro Olarte, a quien también mataron los franquistas, en el pueblo de Bayas, cerca de Miranda de Ebro, en la mañana del 18 de setiembre de 1936.
Y es que, apenas cinco meses de las elecciones se produjo el golpe militar que al igual que a muchos otros convecinos obligó a Placer a abandonar Gasteiz. Explica su sobrino que el mismo 18 de julio, día del alzamiento fascista, buscó cobijo en lo que entonces era el Nuevo Teatro -ahora Principal Antzokia- para, posteriormente, escapar a Ozaeta, donde contactó con su hermana pequeña Ofelia, que aún vive. Por mediación de ella, un joven del pueblo lo guió a través de la Sierra de Elgea, hasta llegar a la localidad guipuzcoana de Eskoriatza.
Comandante de Euzko Indarra
Una vez allí, Placer se enroló en el Ejército que al mando del Gobierno Vasco hizo frente a las tropas franquistas, y dirigió varias unidades de artillería como comandante de Euzko Indarra, batallón formado por la gente de EAE-ANV.
Luchó primero en Donostia, junto a uno de sus hermanos, Felix, padre de quien narra toda su historia a este diario. Recuerda el teólogo cómo su progenitor, marino mercante que comandaba uno de los buques de guerra, había logrado tomar una de las naves de la flota franquista, el Torpedero Nº3.
También él cayó en el frente.
José Placer, tras batallar en la capital guipuzcoana, se dirigió a Gernika, donde coincidió con otro de sus hermanos, Eloy. Éste, tras la guerra, tuvo que exiliarse y se convirtió en un reputado humanista, desarrollando su labor en universidades americanas.
El 26 de abril de 1937, la Legión Condor del Ejército nazi bombardeó Gernika por deseo de la jefatura franquista. Era lunes, día de mercado, y el ataque de bombarderos y cazas alemanes -también participaron aparatos italianos- causó una auténtica masacre. Poco después, Placer fue detenido en Gernika junto a otros gudaris, entre los que se encontraba Estepan Urkiaga, Lauaxeta, periodista, poeta y comandante del Euzko Gudarostea.
Tras pasar por la prisión donostiarra de Ondarreta, fueron trasladados a la cárcel de El Carmen, en Gasteiz, donde Placer y Urkiaga entablaron una relación muy estrecha, a pesar de tener algunas diferencias ideológicas. Como recuerda Felix, su tío era de ANV mientras Lauaxeta era del PNV, «muy creyente», además.
Ambos fueron sometidos a un juicio sumarísimo a cargo del mismo juez, que los condenó a muerte. El 25 de junio mataron a Urkiaga, y el 5 de julio a Placer. Los cargos: «sedición y rebeldía con agravante de comisario político». Los dos fueron fusilados contra el muro trasero del cementerio de Santa Isabel.
Felix, al relatar aquellos hechos, explica cómo su abuela, al conocer que su hijo había sido sentenciado a muerte, quiso visitarlo en la cárcel de El Carmen, pero las autoridades no le dejaban hacerlo. Por ello, pasaba largas horas sentada en los bancos del paseo conocido como «la senda», al lado de la prisión, hasta que un policía le prohibió también que se sentara allí.
El diario de un sacerdote
José Placer se halla enterrado en la capital alavesa, en el panteón de su mujer. Sus últimos instantes de vida tuvieron como testigo al padre jesuita Alfonso María Moreno, que dejó constancia en su diario, escrito entre marzo de 1937 y junio de 1938, de la valentía que el gudari de ANV mostró hasta el último momento. Un extracto de ese diario se halla reproducido encima de estas líneas.
Aunque el miembro políticamente más significado de su familia era José, el resto de sus hermanos y hermanas también fueron luchadores activos contra el fascismo. Y además de los casos de su padre y de su tío Eloy, Felix Placer recuerda que también otros tíos y tías fueron denunciados y juzgados.
Felix Placer es colaborador activo de Ahaztuak 1936-1977, asociación que agrupa a víctimas del golpe de estado de 1936 y de la represión del régimen franquista.
Explica, quien fue testigo directo de la masacre que las Fuerzas de Orden Público (FOP) españolas causaron en la iglesia de San Francisco el 3 de marzo de 1976, que para él «mantener la memoria histórica tiene mucha importancia».
Y destaca que, aparte de suponer un reconocimiento a gente como su tío «y muchos más que lucharon y que dieron su vida», es necesario para no olvidar. «Recordar para que esto no vuelva a repetirse, y para que todas las ideas, como las que tenía mi tío en ANV y que hoy se mantienen en este partido, puedan defenderse como él quiso siempre, en libertad y respetando al resto de las ideas», apunta a continuación.
A este respecto, Placer explica también que su tío era, ante todo, respetuoso con todas las ideas y que incluso había salvado la vida a gente que era «muy de derechas». Sin embargo, cuando lo expuso ante el tribunal que le condenó a la pena capital, no le sirvió de nada. «Esos, que vengan y que le den las gracias», repicó el juez antes de sentenciarle.
«Quisieron defender a Euskal Herria»
«Mi tío, como otros muchos, nunca quiso la guerra. Quisieron defender Euskal Herria y todo lo que significaba entonces, la libertad... las ideas báscicas de ANV, y por eso le mataron. No hubo ninguna otra razón para su fusilamiento» concluye, para valorar a renglón seguido que «su recuerdo es importante para seguir en esa línea».
Sobre la labor que está desarrollando Ahaztuak, que en los últimos meses ha organizado numersos actos para traer a la memoria pasajes de la guerra del 36 y la posterior represión, el teólogo alavés considera que se trata de un trabajo «muy importante», ya que «está recogiendo, como su propio nombre indica, los testimonios y la memoria de la gente olvidada». Insiste en que no se puede olvidar, «al contrario, conocer la historia es conocer la vida de un pueblo, y conociendo la vida de un pueblo es como de verdad se pueden superar situaciones pasadas para que no vuelvan a repetirse».
A su parecer, «el olvido nunca ayuda a nada, pero de la memoria fructifican ideas y hace posible que las ideas que estos hombres defendieron con su vida sigan vigentes, en su significado de libertad, justicia y paz».
Placer vuelve la mirada atrás y la fija en su tío. «Fue un hombre sincero, abierto, honesto, respetuoso con las ideas de todos, y defendió todo lo que para él significaba Euskal Herria, dentro de la línea que seguía ANV y que se ha mantenido hasta hoy» explica, para valorar que «ANV ha sido fiel a su ideología, y sigue defendiendo lo mismo que defendieron mi tío y otros muchos como él».
Extracto del diario escrito entre marzo de 1937 y junio de 1938 por el sacerdote Alfonso María Moreno:
«Duerme el reo en su celda. Una llamada...¡vístase!
¿Qué sintió Placer en aquel momento?
Palidísimo. Voy en busca de su mujer.
Luego entran también sus hermanas.
Las angustias horribles del amarre, las angustias horribles de subir a la camioneta, las angustias horribles de la marcha cada vez más corta hacia el cementerio, emociones brutales. Bajamos. Ya estamos frente a las tapias. Una descarga...
Placer frío y valiente, muy valiente... los tiros lo han desecho...
Su último grito frente a sus ejecutores fue: Gora Euskadi Askatuta!».
Alfonso María Moreno
Felix Placer, sobrino de José Placer, es colaborador activo de la asociación Ahaztuak, y considera necesario mantener la memoria histórica. «El olvido nunca ayuda a nada, y de la memoria fructifican ideas y hace posible que sigan vigentes», valora.
Como todos los años, EAE-ANV celebra este próximo domingo el Albertia Eguna, una cita que servirá para recordar a los 300 militantes de la formación ekintzale que dieron su vida en aquel lugar. A las 12.00 horas, se celebrará un homenaje delante del monolito del monte Albertia, en las cercanías de Legutio, y a las 13.15 horas de desarrollará un acto político y una comida popular en el robledal de Gaztelua.
«Qué mejor homenaje a todos los gudaris que reunirnos en las campas para recordar a quienes se batieron el cobre por nuestra independencia, por nuestras libertades» apunta ANV, que llama a la sociedad a acudir a la cita y aboga por que el ejemplo de quienes «lo dieron todo para que un día llegáramos a ser `hombres y mujeres libres en una patria libre' nos sirva de guía para lograr lo que ellos iniciaron».