La primera vez en mi vida que vi por televisión un debate parlamentario fue en el año 1973 y tuvo lugar esta iniciación político-sexual a través de la televisión sueca. Antes había sufrido de estreñimiento, eyaculación precoz e impotencia al ver algunas sesiones de las cortes franquistas, tan pomposas, tan formales, con aquellos trajes de corte militar y falangista. Después llegó la muerte de «franco, franco, franco», los nombramientos sucesorios, el programa televisivo «La Clave» y las primeras retransmisiones por TVE de sesiones parlamentarias, de debates. Hasta que llegó un 23-F y la televisión y la radio entraron a formar parte del propio discurso político. Así hasta hoy, en donde la banalización de la política, la deriva inmobiliaria y de comercio de toda acción política, la ha dejado como un programa sin audiencia.

Pero todavía existen quienes no han sido capaces de superar la patología. Los que al ver a alguien debatiendo, parlamentando, haciendo propuestas, atacando, defendiendo, disfruta. Sí, lo digo sin casi culpa, siempre que puedo intento ver los debates, incluso los del Parlamento vasco, que son bastante pobres, sea dicho de paso. Bueno, la competencia en pobreza léxica, en pobre retórica parlamentaria, en sintaxis y en ideas es grande. El problema del género es que los guiones son malos, los intérpretes mediocres y solamente sigue en la misma tónica la realización, que es simple, recurrente, sin apenas insertos, una suerte de cámara fija, por decirlo de alguna manera como la de «Cámera Café», pero sin esa capacidad para entretenernos o para transmitirnos nociones del mundo y de sus habitantes que nos hagan pensar.

De frente. La toma en frontal, y en alguna ocasión, como si el realizador se durmiera y se le fuera el dedo, pinchan una cámara lateral, o enfocan al otro, al que escucha. Pude seguir casi enteramente la sesión vespertina del martes y comprobé que Mariano el Corto es el ser humano que pronuncia más veces por minuto la palabra ETA. Es tan mal político que hace ver a ZP como estadista. A la mañana siguiente vi al del PNV. Creo que pedía una comisión. No entendí el porcentaje.