Raimundo Fitero
Toros
Ya sabes mi paradero desde hoy hasta el 14. Estoy viendo los encierros por la tele, y en esta ocasión con dos opciones. Como aperitivo, en La 2 pasaron un publirreportaje repasando los momentos estelares de los encierros desde que se tienen imágenes en movimiento. La Cuatro aprieta con su propaganda de retransmisión desde hoy con una realización espectacular de estas carreras de bípedos y cuadrúpedos y anuncia que utilizará una cámara aérea. ¿Para qué? Estos posmodernos acabarán colocando cámaras en los cuernos de los Miura.
Un repaso a los encierros es, por definición, un ejercicio de crueldad. Lo que se guarda, lo que queda es una largo parte médico, un listado de obituarios, una sarta de imágenes espeluznantes. No hay más: son toros embistiendo a seres humanos; es ver cómo un chicarrón se convierte en un muñeco en los cuernos de un morlaco en carrera; es ver caídas, pisotones, montañas de corredores, cogidas de toda intensidad. Obviamente, otra tradición que se ha instaurado y que se convierte en los mejores encierros nos los pasaron en los noticiarios, con esa manifestación de protesta por las corridas de toros de una juventud comprometida con el animalismo, todos y todas en pelotas o en ropa interior insinuante. Solamente falta que vuelvan a retransmitir el encierro de La Villavesa la madrugada después del «Pobre de mí», uno de los momentos más literarios y surrealistas de la reciente historia de los sanfermines.
Los toros de nuevo colocados en el epicentro de una supuesta identidad. Se les quiere dotar de una expresión de la cultura tradicional. ¿Qué tiene de cultural Jesulín de Ubrique? En los programas del corazón están reconstruyendo la vida de Jesús Janeiro y se denuncia ahora que fue un niño explotado por su familia, que le pusieron una muleta en la mano, sin darle educación y a base de cornadas los hizo millonarios a todos. La historia se repite con un niño de catorce años que ha sufrido una gravísima cornada en México, está preparándose para volver. Su padre es su apoderado y administrador. Su hijo se hará joven y hombre sabiendo mucho de rabos y verónicas, pero con la infancia robada. Toros.