Lo mejor de la fachenda es la facilidad que tienen para ponerse nerviosos. Pascual Tamburri, en «El Semanal Digital» se subía por las paredes pensando en las fiestas del centro del mundo. O sea, de Iruñea: «Con Puras y Zabaleta aún ocultando su amor, se acercan las fiestas en las que todo se olvida y todo se perdona (...) Pero que nadie crea que San Fermín es una fiesta apolítica: hace décadas que los abertzales y la extrema izquierda han llenado de su contenido sectario los festejos de la ciudad de Pompeyo. Culpables ellos por hacerlo, y más culpables aún otros por permitirlo, estimularlo y financiarlo». No vive en Marte, aunque lo parezca.

Se refiere Tamburri a la trifulca del obispo con los pamplonicas: «la peña Muthiko Alaiak, como todas las peñas sanfermi- neras, tiene una pancarta jocosa. Este año objeto de su crítica es el arzobispo de Pamplona (...). Por supuesto que tiene algo que ver con la reciente contundencia de Sebastián contra el separatismo y contra el laicismo, con su (...) sorprendente vinculación con la Navarra tradicional y católica; y desde luego que no es ajena a esto la campaña de la prensa abertzale (Gara y Diario de Noticias) contra la inscripción de los inmuebles de la Iglesia en el Registro de la Propiedad». Lo del brazo en alto no le tiene que pare- cer mal al nieto del cónsul de Mussolini. Un tal Tamburri.

El escribiente se sorprende de la respuesta: «el insulto ha merecido, oh sorpresa, una respuesta. (...) Varios grupos católicos (...) han organizado nada menos que una Misa de reparación y una cena de hermandad y apoyo. Atónito me quedo, que diría mi bisabuela. ¡Se han atrevido a contestar!». O sea, que Sebastián pasa ahora por ser un facha escasito.

Hay algo que le pica al hombre y que no perdona: «algún espíritu burlón recordará que la Muthiko fue fundada por el carlista Ignacio Baleztena, y que no es más que otra de las muchas instituciones y asociaciones creadas por la derecha navarra y entregadas después a los enemigos de España. (...) Tal vez algún concejal del Ayuntamiento de Pamplona venga a cenar, y entonces podremos preguntarle más cosas: qué subvenciones públicas recibe la Muthiko...». Sería bueno saber también qué subvenciones cobran otras agrupaciones. Por ejemplo las que se mantienen fieles al pensamiento fascista de Mussolini. ¿Verdad, Tamburri?