Prof. César Arrondo Universidad Nacional de La Plata
Todos bajo la ikurriña
Hace 113 años, en la calle correo de Bilbao, se izó por primera vez la ikurriña. El hecho tuvo lugar en oportunidad de la fundación del Euskeldun Batzokija, un 14 de julio de 1894 y el honor del izamiento le correspondió al socio de mayor edad de la institución, Ciríaco Iturre Urzelaga.
Poco a poco, la ikurriña, de ser concebida como bandera de Bizkaia, se expandió a los otros herrialdes y hacia 1906 presidió la primera Asamblea General de PNV, logrando una plena propagación a partir del primer Aberri Eguna en el año 1932.
La ikurriña trascendió pronto las fronteras de la Patria Vasca. En el año 1903, flameó en la Pampa Argentina, en el Partido de Maipú en la Provincia de Buenos Aires, en la estancia de un vasco de apellido Olareaga, quien todas las mañanas hacía izar las enseñas argentina y vasca.
En tan corto tiempo de vida, las prohibiciones y persecuciones superan a los tiempos de plena vigencia. En tal sentido, la bandera de los vascos fue prohibida luego de ser colocada en la balconada de la calle Correo de Bilbao, aquel 14 de julio de 1894. La misma suerte corrió durante la dictadura franquista y en la actualidad, con la aplicación de la nefasta ley de símbolos, ha sido prohibida en muchos municipios, sobre todo en Navarra. Esta triste novedad, trasciende las fronteras, y a veces, en actos oficiales en la diáspora, se cercena su presencia bajo los argumentos de la vigencia de protocolos.
Este mes conmemoramos un aniversario más de la ikurriña, y la misma no debe constituir una formalidad e invita a un repaso de su valor y significado, sobre todo, para nosotros, que somos una Nación sin Estado, un pueblo que sueña con un país plural, con paz y autodeterminación. La Ikurriña debe ser síntesis de todos nuestros o, en el convencimiento de que la Patria Vasca, somos todos y todas.