Ya no es posible una salida coherente en Irak
Bush se muestra impasible ante las críticas de cada vez más sectores de la sociedad estadounidense a su actuación en Irak, y también ante las decisiones del Congreso exigiendo la retirada de las tropas del país que mantienen sometido a una sangrienta invasión. Esta semana se han conocido avances de un informe de la Casa Blanca sobre la situación iraquí que previsiblemente se dará a conocer en su integridad este domingo. Se trata de un balance lleno de claroscuros, pero que no puede ocultar el tremendo fiasco que esa invasión que se vendió como paseo triunfal está suponiendo, principalmente para el pueblo iraquí, pero también para los pueblos de los estados invasores. Ante esta situación, la mayoría demócrata en el Congreso ha puesto plazo, por tercera vez, a la salida de las tropas estadounidenses de Irak. Las dos decisiones anteriores fueron vetadas por Bush, que ya ha anunciado que vetará ésta y se niega a hablar del tema antes de setiembre. Por eso, la secretaria de Estado de EEUU pedía ayer a los congresistas un periodo de dos meses para encontrar «una forma coherente de seguir adelante». Basta echar un vistazo a la cadena sucesos trágicos de ayer mismo en Irak para entender que la ocupación no sólo está acabando con las vidas, las infraestructuras, los recursos de aquel país, sino que imposibilita ya radicalmente cualquier salida coherente.