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ALPES Llega la montaña

Tres jornadas decisivas, aunque no definitivas

El ascenso a La Colombière marca la llegada del Tour a los Alpes, que despedirá el Galibier el martes

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Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

Se acabó apurar la siesta hasta las cinco y media para abrir los ojos a tiempo de ver el esprint. El Tour llega a los Alpes: tres etapas, trece puertos, 147 de ascensión, alturas superiores a los 2.000 metros... Y con absolutamente todo por decidir todavía.

Qué duda cabe de que empezará a hacerlo a partir de hoy, aunque el paso por los Alpes parece este año más decisivo que definitivo; papel que, en esta ocasión, se arrogan las tres jornadas pirenaicas.

Ya sea porque llegan primero, porque lo hacen de forma progresiva, porque sólo habrá una llegada en alto o por ése día de descanso entre las dos jornadas más fuertes, lo cierto es que la cita con los Alpes, en principio, sólo debe servir para reducir el número de candidatos al triunfo. Y, por supuesto, para el disfrute de los aficionados. Por la espectacular orografía, pero también porque la carrera llega a esta primera cita con las nubes sin un vencedor con la responsabilidad de defenderse, sin un líder de garantías, sin un dominador y con todos los hombres fuertes separados por muy pocos segundos. La emoción, por tanto, parece asegurada.

Habrá que ver si el pelotón decide acabar con la monotonía de esta semana inicial a las primeras de cambio, aunque el trazado de esta primera jornada alpina -197'5 kilómetros entre Le Grand Bornand y Bourg en Bresse- invita a augurar un desarrollo similar: turno para los aventureros en los 150 primeros kilómetros, con las ascensiones a Corlier (3ª), Cruseilles (3ª) y Peguin (4ª) y resolución en los kilómetros finales.

Claro que esta vez la victoria no le corresponderá a un esprinter, teniendo en cuenta que a sólo 14 kilómetros de la meta se sitúa el primer puerto de 1ª de esta edición, el Col de la Colombière, con 16 kilómetros al 6'8% de media y que se sube en esta ocasión por su lado más duro.

Otro gallo cantará mañana, primera llegada en alto de este Tour con los 165 kilómetros entre Le Grand Bornand y Tignes. La jornada también va de menos a más, con el ascenso a Marais (4ª), Bouchet-Mont Chervin (3ª) y Tamié (2ª) en los cincuenta primeros kilómetros, pero esta vez el punto de inflexión llega antes y de forma más contundente: a sesenta kilómetros de meta espera el Cormet de Roselend (1ª), el puerto más largo de este Tour con sus veinte kilómetros y un estrecho descenso a Bourg Saint Maurice, donde arranca la ascensión a Hauteville (1ª), primera parte del Piccolo San Bernardo.

Un mínimo descenso precederá al último esfuerzo: la ascensión a Tignes (1ª). 18 kilómetros que suponen la primera parte del Iseran, con un pequeño desvío en su parte final hacia la estación de esquí.

El techo del Tour

Tras el descanso del lunes, la carrera se despide de los Alpes con una jornada de aroma mítico, los 160 kilómetros entre Val d'Isere y Briançon. La ascensión al techo de este Tour, el Iseran (FC) se le puede atragantar a más de uno, teniendo en cuenta que son los 15 primeros kilómetros del día. Tampoco hay que olvidar la meteorología: la semana pasada nevaba en Val d'Isere.

El doble coloso Telegraphe (1ª) - Galibier (FC), con treinta kilómetros de ascensión acumulada rematarán la faena, aunque los cuarenta kilómetros de descenso hasta Briançon pueden restar dureza a la jornada.

GRADUAL

El primer contacto con los Alpes no destaca por su dureza: un puerto de 1ª, La Colombière, será hoy la única dificultad del día. Nada que ver con la acumulación de cotas previstas para mañana o el ascenso a Iseran, Telegraphe y Galibier del próximo martes.

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