Tercera y última jornada de Kalealdia 07. Plaza de Santiago. Tres espacios enmarcados con unas planchas metálicas pintadas de blanco con tres músicos bien vestidos. Tocan música clásica, o pop, según y como. El público debe elegir entre esas tres opciones referenciales. Mientras se decide aparecen los personajes de «MomentO», la última producción de Hortzmuga. Personajes que las circunstancias les han llevado al otro lado de la línea que separa lo socialmente aceptable. Son excluidos, seres de la calle. La imagen de la marginación. Todos tienen una historia, una biografía que los identifica como seres que no podían ni intuir ese salto al vacío, pero sucedieron cosas en sus vidas, en sus cabezas, llegó la desesperación, se desenchufaron y en un instante despertaron sin posibilidades de seguir la rueda. Hoy forman parte del paisaje urbano, son esos seres con los que nos cruzamos diariamente, a los que evitamos, pero que antes de ese «momento», pertenecían a nuestra clase, a nuestro núcleo social.

Desde este planteamiento de fondo, de esta crudeza, el trabajo dirigido por Raúl Cancedo, utiliza una estética realista pero la alimenta con tonos poéticos. Los personajes tienen vida, son humanos, viven en una soledad compartida, habitan en las tinieblas de su memoria desenfocada, pero son, a su vez, supervivientes, buscadores de una escapatoria a su propio laberinto.

El planteamiento espacial dispersa, fragmenta, hay apenas veinte metros entre foco y foco de atención, pero es difícil seguir el conjunto, entre otras cosas porque hay acciones, personajes, situaciones, actuaciones que llaman bastante más la atención. Faltó en esta representación un hilo de continuidad indiscutible, y eso hacía perder energías, pero es de agradecer un teatro de calle de este compromiso, estético, ético, que retrate los lados más oscuros de nuestra sociedad. Aplaudimos la apuesta, el trabajo de actores y músicos y esperamos que las aparentes disfunciones se solventen.

Cerró edición «Romeo y Julieta» de los italianos de «Oplas Teatro», una visita al clásico romántico shakespeariano realizado en clave de danza, pero con un añadido de dificultad, también con zancos durante varios pasajes. Por lógica se debe sintetizar la historia, resumirla y traducirla a escenas vibrantes y plásticas. Hay buena energía, juventud en el elenco, una estética singular, con una iluminación práctica y una banda sonora que incide en el regusto romántico. La escenografía metálica le dota de contemporaneidad, los movimientos y coreografías se sitúan entre el clasicismo y lo actual. Todo funciona dentro de una concepción de espectáculo para agradar a los públicos populares. Y lo consigue con el uso de todos los medios apropiados.

Entre medias el espacio denominado «Artes del Cielo», números de circo en barra china o trapecio, no solamente con gran valor técnico, sino con una facilidad para la comunicación y el humor.

Termina la edición de Kalealdia, dentro de un mes llega Aste Nagusia, con más teatro y circo en la calle.