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El palacio de Erriberri regresa a su época cortesana con el Festival de Teatro Clásico

Escuchar los gozosos versos con los que Edmond Rostand creó el mito de Cyrano de Bergerac -un personaje que nos queda muy cerca, en la villa Arnaga, de Kanbo, precisamente-, disfrutar del sonido de Shakespeare en boca del «malvado» Steven Berkoff o regresar a la Grecia clásica son algunos de los alicientes de la octava edición del Festival de Teatro Clásico de Erriberri-Olite. El lugar y la propuesta, nada habitual, son perfectos como plan de fin de semana.

Amaia EREÑAGA | DONOSTIA

Hace unos siglos, por sus calles se paseaban los miembros de una de las cortes más lujosas de Europa; ahora, los turistas y los curiosos o los amantes del teatro clásico. A partir de hoy y durante tres fines de semana, los aledaños del castillo-palacio de Erriberri retrocederán en el tiempo para acoger la octava edición del Festival de Teatro Clásico organizado por Cultura del Gobierno navarro. Una iniciativa que, aunque menos ambiciosa que otras de su género -es bastante más modesto que festivales como los de Almagro y Mérida- y de un estilo teatral que no arrastra a grandes multitudes, no deja tener su interés y, sobre todo, encanto propio.

Por unos días, la pequeña localidad navarra verá trastocada su tranquilidad habitual y, al atardecer, saldrá del letargo causado por el calor para moverse, más que nunca, alrededor de la antigua sede de los reyes navarros. Junto a la espectacular silueta almenada del Palacio Real -datada en el XIV-XV, es la única de las dos edificaciones originales que queda en pie; el otro palacio, el «viejo» (XII-XIII), acoge al actual Parador de Turismo- se encuentra ya colocado, al aire libre, el escenario principal del certamen, el denominado de La Cava, que este año ha visto ligeramente aumentado su aforo hasta llegar a 670 espectadores. También al aire libre, porque hay que disfrutar de la noche, se encuentra el segundo escenario: preparado para unos 120 espectadores, se ubica en el hermoso claustro de San Pedro. Sobre estos dos lugares gravita el grueso de la programación, aunque las actividades se extienden al interior del propio palacio -los domingos la sala de los arcos, llamada también de los murciélagos, una de las más bellas del castillo, acogerá a las 20.30 h. un ciclo denominado «Trovadores en Palacio»- y las medievales calles adyacentes, donde habrá teatro de calle. Bajo tierra, en las galerías medievales de la plaza Carlos III se colgará la exposición fotográfica «Los territorios del teatro», que presenta la visión de la edición del festival del año pasado a través de los ojos de conocidos fotógrafos, como Koldo Chamorro o Daniel Ochoa de Olza.

En lo que respecta a la programación, la Compañía Nacional de Teatro Clásico hará doblete este fin de semana, ya que, por un lado, inaugura esta noche el escenario de La Cava con «El curioso impertinente», dirigido por Natalia Menéndez -unos amores corteses que tendrán una segunda función mañana-, mientras que el domingo y el lunes, en el claustro, se podrá ver lo más nuevo y más joven de su «factoría clásica»: la versión de «Las bizarrías de Belisa», de Lope de Vega, a cargo de la recientemente creada Joven Compañía. Historias de amor, de capa y espada, con hermoso vestuario -el de Belisa lo ha creado Lorenzo Caprile- y textos con los que disfruta el oído. Rakatá, la compañía que sustituye in extremis a la inicialmente anunciada «Cuento de invierno» -sus dos protagonistas, uno de ellos Lucía Jiménez, han abandonado la obra súbitamente-, acude con otro clásico, «El perro del hortelano» (días 28 y 29) también de Lope de Vega, dirigido por Lawrence Boswell, director asociado de la Royal Shakespeare Company. Esta compañía mitad navarra mitad madrileña amplía la representación del país en el festival, donde parece que cerrará temporada «El avaro», de Molière, producido por el Teatro Gayarre. Curiosidades como la que presenta Nao d'Amores -un viaje a la Edad Media, el día 25-, y, en agosto, la visita de lujo del inglés Steven Berkoff y la espectacular «Lisístrata» completan una programación de las de crear afición por lo clásico.

Planes para un fin de semana diferente y hasta para hacer de figurante

Público mayor de 30 años y que hace un plan de fin de semana para conocer esta zona de la Nafarroa Media. Este podría ser, más o menos, el perfil de quienes suelen acudir al festival que arranca hoy en Erriberri, que incluye en su programación, como no podría ser menos, al Museo del Vino. Visitar bodegas, disfrutar de la laguna de Pitillas... esta merindad da para mucho. Eso sí, quienes quieran ir desde Iruñea y no quieran moverse en coche, se fletan autobuses (con la entrada). Por cierto, andan buscando 28 figurantes de todas las edades para la espectacular «Lisístrata» protagonizada por Miriam Díaz-Aroca. Más información en el 012.

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