El pasado persigue al ex presidente francés
El próximo octubre se cumplirán doce años desde que entrara en los tribunales el caso de los empleos ficticios del Ayuntamiento de París. Más de una década en la que la Justicia francesa no ha podido preguntar por el tema al que fuera alcalde en la época en que se produjo el delito por el que fue condenado en 2004 Alain Juppé, al que los electores de Burdeos dieron la puntilla política en las pasadas elecciones legislativas francesas.
Durante ese largo periodo la ciudadanía francesa se ha preguntado muchas cosas sobre la honorabilidad del presidente de la República, pero sólo ha recibido como respuesta el significativo silencio de quien se ha valido del cargo para postergar lo que sus conciudadanos no pueden, es decir, responder a los requerimientos de los órganos judiciales. Ahora, apenas transcurridos dos meses desde que dejara el Palacio del Elíseo, Chirac ha sido interrogado sobre el escándalo de financiación ilegal de su partido en la época, el RPR. Por descontado, no se ha sometido al ex presidente al terrible trance de acudir a un tribunal y se le ha permitido declarar como testigo asistido por su abogado... en su propio despacho parisino. Es de esperar que esa magnanimidad se extienda a otros casos que salpican a Chirac, lo que sólo contribuirá a acrecentar las dudas sobre el pasado del ex presidente y sobre el presente de la Justicia.