El Astana sigue vivo y ayer Christophe Moreau fue su víctima. El conjunto kazajo de Alexandre Vinokourov y Andreas Kloden aprovechó el viento y cogió en fuera de juego al corredor del Ag2r, que se dejó en meta 3.16. El francés está, a sus 36 años, en la recta final de su dilatada trayectoria, todo lo contrario que Igor Antón, que con 24 años ha cumplido su sueño de debutar en el Tour y también lo ha sufrido. Ayer, aconsejado por su equipo, abandonó la carrera. La cara de la moneda fue otra vez para el Barloworld pues Robert Hunter se anotó la etapa la segunda para el conjunto sudafricano tras la de Mauricio Soler. El de Johannesburgo, de paso, entró en la historia del Tour pues se convirtió en el primer ganador del continente africano. Michael Rasmussen (Rabobank) mantuvo un día más el amarillo.

El Tour está lanzado. No hay ocasión para el respiro. Se va a mil. Desde el kilómetro uno hasta el final. Sin parar. En las dos primeras horas la media fue de 49,4 kilómetros por hora. A esa velocidad fue imposible que una escapada prosperase. Los intentos fueron mil.

La carrera está por la mitad y hay que buscar la oportunidad. El intento más consistente fue el protagonizado en el kilómetro 85 por Gilbert, Fofonov, Wegmann, Florencio y Millar. Un buen quinteto. De calidad. Acumularon rápidamente ventaja, pero el pelotón quería pelea, especialmente un Astana malherido tras los Alpes. Todos los días se especula sobre la posibilidad de que Vinokourov abandone la carrera. Sin embargo, los kazajos contraatacaron y pillaron a Moreau en los abanicos. El pelotón se rompió en tres. Vino no ha olvidado que todos tiraron cuando sufrió la caída que le dejó fuera de combate.

El equipo kazajo aceleró la marcha en cuanto sopló un poco de aire de costado y sólo 50 corredores pudieron seguir su estela. Estaban todos los favoritos, Mayo, Zubeldia, Astarloza incluidos, salvo Moreau. El líder del Ag2r, sexto en la general, se había caído con anterioridad y no tuvo margen para responder.

Poco a poco le fueron cayendo los minutos, y es que el Astana recibió la ayuda de otros equipos, Caisse d'Epargne, Discovery y CSC, en la lucha por la general, y de Barloworld, Liquigas y Quick Step, por la etapa. El Ag2r se encontró sólo y Moreau se tuvo que resignar. Su sueño de subirse al podio queda más lejos. Los grandes beneficiados fueron Rasmussen, Valverde y Contador, y también Mayo.

El impulso del grupo echó por tierra el intento de Gilbert y Millar. Así que la victoria en Montpellier se debía jugar al esprint. Un sorprendente Vinokourov atacó a falta de cuatro kilómetros, fue un más querer y no poder, un decir aquí estoy yo, pero sigue mermado. Sin McEwen, y con Zabel y Bennati retrasados, Boonen tenía todas las papeletas pero una caída impidió su segunda victoria en el Tour.

La gloria fue para Hunter, un corredor que tras pasar por Lampre, Mapei, Rabobank y Phonak este año recaló en el Barloworld y se quedó fuera del Pro Tour. El patrocinador es sudafricano pero con sede financiera en Londres, algo que resultó fundamental en ganarse su invitación. Y es que la organización del Tour es privada y, aunque lo niegue, prima los intereses económicos por encima de los deportivos. Eso sí, hay que reconocer que la jugada le ha salido perfecta porque, con dos victorias, el Barloworld, ha superado con creces todas las expectativas. Hunter ha renacido a sus 31 años y la de ayer es su victoria más importante. Un éxito que había perseguido, pues cuarto en la segunda etapa, quinto en la tercera y segundo en la cuarta. Ayer no quiso desaprovechar la oportunidad, y batió a un ambicioso Cancellara y al brasileño Fischer.

Unas horas antes, Antón había abandonado la carrera. Su debut ha durado once etapas. Su misión era aprender, y ése era el objetivo que le había marcado Igor González de Galdeano. No ha levantado cabeza y no ha podido llegar a los Pirineos. Pero es una esponja. Sembrar para recoger. El futuro del Euskaltel-Euskadi seguro que vuelve con fuerzas renovadas.