El secuestro el pasado miércoles de dos ciudadanos alemanes en Afganistán ha provocado un aumento de la tensión en Berlín en un momento en el que la canciller Angela Merkel sueña con reforzar su presencia militar en el país asiático a pesar del incremento de las críticas internas.

Un portavoz habitual de los talibanes, Youssouf Ahmadi, reivindicó a France Presse el secuestro de los alemanes -registrado al sur de Kabul- y de cinco afganos que les acompañaban. Anunció que serían liberados cuando las tropas alemanas abandonen el país.

Berlín, en cualquier caso, puso en duda la veracidad de esta reivindicación, subrayando que otro portavoz de los talibanes afirmó que los alemanes no estaban en sus manos.

La Policía afgana halló ayer el cadáver de uno de los ciudadanos secuestrados por los talibanes, según informó Mohammad Hewaz Mazloom, jefe policial de la provincia de Maidan Wardak, que no pudo precisar la causa de la muerte. Fuentes del Gobierno de Kabul, sin embargo, señalaron que el ciudadano alemán murió por un paro cardíaco producto de las condiciones del secuestro.

El portavoz del Ministerio afgano de Exteriores, Ahmad Baheen, confirmó que el segundo alemán secuestrado permanecía con vida. «Nuestras fuerzas de seguridad intentarán asegurar una vuelta segura del ciudadano alemán que sigue vivo», añadió.

Unos 3.000 soldados alemanes se encuentran en Afganistán encuadrados en las fuerzas de la OTAN y están desplegados, principalmente, en la zona norte del país.

Pese a todo, Merkel reafirmó el miércoles su intención de mantener las tropas en Afganistán, apoyando la renovación de la misión por parte del Parlamento el próximo otoño. «Debemos mantener nuestro apoyo al despliegue, ya que sería irresponsable no continuar porque la situación es más complicada que lo que nos parecía al principio».

El ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, también abogó por mantener la presencia alemana en Afganistán, «especialmente para reforzar la formación de las tropas afganas».

El ministro de Interior, Wolfgang Schauble, añadía más leña al fuego, destacando que Alemania se ha convertido en «objetivo de Al Qaeda».

Mientras, desde la oposición, crecen las voces contrarias al despliegue militar. Los Verdes, por ejemplo, tienen previsto celebrar un congreso extraordinario el 15 de setiembre para debatir sobre esta cuestión.

Desde la izquierda e incluso desde las filas del socialdemócrata SPD -que gobierna en coalición con los cristianodemócratas de la CDU-, se critica especialmente la participación de militares alemanes en bombardeos aéreos de la OTAN que se han saldado con numerosas víctimas civiles.

El propio ministro de Defensa, Franz Josef Jung (CDU), llegó a criticar en mayo la estrategia de EEUU, que ha provocado como «daños colaterales» la muerte de numerosos civiles afganos.

Más de 20 soldados alemanes han muerto en la misión en Afganistán. Tres de ellos perecieron en mayo como consecuencia de un atentado kamikaze, mientras que un empleado de una ONG murió en marzo.

A comienzos de mes, fue secuestrado otro ciudadano alemán, cuya identidad no se dio a conocer, pero fue liberado al poco tiempo.

Prórroga a Corea del Sur

Los talibanes, por otra parte, anunciaron ayer que han prorrogado otras 24 horas el plazo que dieron ayer para que el Gobierno afgano cumpla sus demandas ante la amenaza de matar a 23 ciudadanos surcoreanos que mantiene secuestrados, en lo que se interpreta como un intento por dar más tiempo a los negociadores. «Ya que hay una delegación de ocho miembros en Kabul y quiere discutir el asunto de los 23 coreanos capturados por los talibanes y los líderes locales, extendemos el plazo otras 24 horas», aseguró a Efe Qari Yousef Ahmadi, un portavoz talibán.

Este anuncio se produjo apenas diez minutos después de que venciera el ultimátum. Los talibanes reclaman al Gobierno de Kabul que libere a 23 presos a cambio de la vida de los 23 secuestrados surcoreanos.

Un jefe policial de la provincia de Ghazni, por su parte, aseguró que autoridades afganas se han reunido con los secuestradores para intentar resolver la crisis, mientras que tropas de EEUU y de Afagnistán se encuentran desplegadas en la zona preparadas por si tienen que intervenir en una operación de rescate.