SALUD LABORAL
Pequeños avances en el reconocimiento e indemnización de las sorderas profesionales
GARA
El sindicato CCOO resalta que en los últimos tiempos se ha conseguido el reconocimiento de miles de hipoacusias, pero no es fácil conseguir que se acepte que la pérdida auditiva tenga su origen en el puesto de trabajo.
Cualquier persona expuesta a ruido de forma repetida puede desarrollar una hipoacusia progresiva o pérdida auditiva al cabo de los años. Al parecer, el afectado no percibe en una fase inicial esa pérdida de capacidad de audición, pero el acúfeno que suele presentarse al término de la jornada laboral es un síntoma. En fases posterioreses cuando se empiezan a apreciar problemas para la comprensión del lenguaje oral, sobre todo en ambientes ruidosos, y si la agresión continúa es habitual que se produzcan distorsiones en los sonidos e incluso sensaciones de inestabilidad, como vértigo, «con manifestaciones neurovegetativas más o menos importantes, casi siempre fugaces».
Esta es la descripción que hace el especialista en Medicina de Trabajo Eduardo Gaynés Palou y la ATS Asunción Goñi sobre una afección frecuente en el ámbito laboral. Precisamente la pasada semana los problemas de audición de origen laboral saltaron a la palestra a través de una nota de prensa de CCOO de Euskadi, en la que el sindicato destaca que lleva años inmerso en una campaña para el reconocimiento e indemnización por parte de la Seguridad Social de sorderas profesionales.
La central afirma que el trabajo ha dado sus frutos y que se ha conseguido el reconocimiento de miles de hipoacusias, por las que los afectados se han visto indemnizados con el cobro de entre 1.010 y 2.990 euros. Además, destaca que el sindicato ha promovido que las mutuas se hagan cargo de financiar los audífonos, porque tras reconocer la enfermedad profesional se ha constatado también que la implantación de la prótesis es necesaria en muchos casos.
La central resalta que «el uso de audífonos permite al afectado mejorar su calidad de vida social (conversacional con amigos, familias, etc...) si bien es cierto, que su utilización en ambientes ruidosos para los trabajadores con pérdida auditiva puede llegar a ser molesto».
La cuestión es que hasta el reconocimiento de que su enfermedad tiene origen en el trabajo, eran los propios trabajadores quienes se veían obligados a hacer el sacrificio económico de costearse su tratamiento, que según CCOO, podía situarse en torno a unos 3.000 euros.
«CCOO entiende que esta prótesis para los afectados por Enfermedad Profesional debe correr a cargo de los presupuestos de la mutua», resalta la central, al tiempo que indica que «se ha logrado que esta medida la aprobara Mutualia y ahora Fremap. Ya han asumido el caso de un ex trabajador de Obras Eraiki, con incapacidad total y sordera reconocida».
El doctor Gaynés, en un trabajo sobre evalucación clínica y diagnóstico Publicado por el Ministerio español de Trabajo y Asuntos Sociales, advierte que el cuadro no tiene tratamiento, por lo que la medida más correcta es impedir la aparición de la hipoacusía o evitar su evolución en el peor de los casos.
Además, indica que los trabajadores sometidos a ruido de cualquier origen, durante su trabajo, deben controlar su audición, desde el inicio de su exposición. Con respecto al protocolo médico a aplicar, Gaynés apunta que «lo más sencillo y operativo implica realizar una anamnesis completa -una memoria de los datos personales, hereditarios y del entorno- que incluya el historial laboral, actual y anterior, con especificación de los puestos de trabajo. No es suficiente saber en qué empresas ha trabajado».
Entre otras cuestiones, advierte asimismo que en aquellos casos en los que aparezcan cuadros de inestabilidad o vértigo, es aconsejable «una exploración neurológica mínima para descartar la presencia de síndrome vestibular de cualquier origen».
No obstante, mantiene que «el principal signo diagnóstico» es la audiometría y para establecer el origen laboral de las misma, hay que precisar la exposición actual y anterior y si esposible el nivel de ruido existente en el puesto de trabajo con ayuda de higienistas.