CRÓNICA Cadenas humanas por los presos
Etxerat ocupa los arcenes: «Bring basque prisoners and refugees home»
os arcenes de las principales carreteras vascas se convirtieron ayer en simbólico escenario para la denuncia de la política penitenciaria de los gobiernos español y francés. Otro año más. A pie de asfalto, Etxerat exigió la liberación de los presos políticos enfermos y de los que han cumplido ya sus condenas, y reclamó el regreso de los prisioneros vascos a Euskal Herria en posesión de todos sus derechos. El próximo domingo, la cita será en las playas. L
Anjel ORDOÑEZ
Último sábado de julio. Mediodía caluroso en Euskal Herria. Un rosario de vehículos amenaza con colapsar las principales arterias viarias vascas en uno de los días clave de la denominada «operación salida». Coches, furgonetas, caravanas... circulan despacio, tanto que, desde el arcén, pueden distinguirse con claridad los rostros de sus ocupantes. Parecen cansados. Conducir durante tantos kilómetros resulta agotador. Eso es algo que saben perfectamente los familiares y amigos de las presas y presos políticos vascos.
«Todas las semanas nos obligan a hacer tantos kilómetros como los que suponen dar veinte vueltas al mundo para, por espacio de cuarenta minutos, poder intercambiar risas y lágrimas con nuestros seres queridos». Agurtzane Alcalde, miembro de Etxerat, habla así desde la pasarela peatonal de Arrigorriaga, en el punto en el que se unen la A-8 y la A-68 en el itinerario que conecta Euskal Herria con tierras españolas, portuguesas o magrebíes.
Como en otros muchos puntos de la geografía vasca, una larga cadena humana ha tomado posiciones en los arcenes de la carretera para hacer patente su reclamación. «Bring basque political prisoners and refugees home» (Traed a casa a los presos y refugiados políticos vascos), puede leerse en inglés en una de las numerosas pancartas.
«Hemos salido a las carreteras portando nuestras banderolas, con el fin de denunciar que tanto el PSOE como UMP están agravando el sacrificio de nuestros familiares presos. Los miles de kilómetros que nos han hecho recorrer en estos largos años han provocado muchos y muy graves accidentes», explica Alcalde. Las cifras no pueden ser más elocuentes: quince muertos, cientos de heridos y miles de coches destrozados por los accidentes.
Al paso de los vehículos, quienes han acudido al llamamiento de Etxerat agitan sus banderolas con la exigencia de la repatriación, ondean ikurriñas y muestran fotos de prisioneros vascos. Desde los vehículos, sobre todo, miradas de curiosidad, pero también gestos de apoyo haciendo sonar el claxon. Algunos hacen con la mano, como gesto ánimo, la señal de la victoria.
Sin embargo, las cosas no van bien. Cada año peor. «PSOE y UMP nos quieren hacer recorrer más kilómetros aún, puesto que alejan todavía más a nuestros familiares», subraya Alcalde ante los escasos micrófonos que se han acercado a recoger su testimonio. Y la denuncia sigue: «Están alargando el sufrimiento de nuestros familiares. Los mantienen en unas condiciones durísimas que provocan graves dolencias tanto físicas como psíquicas». Unas condiciones que, hasta el momento, ya han provocado la muerte de 22 presos.
Ataviados con llamativos petos reflectantes de color amarillo o naranja, hombres y mujeres, jóvenes y mayores reclaman cada uno a su modo una exigencia común: «Eskubide guztien jabe, euskal presoak Euskal Herrira». Actualmente hay doce presos políticos aquejados de graves enfermedades. «Demasiado sufrimiento con consecuencias irreversibles -enfatiza Alcalde- pero aún así no los liberan. Quieren más sufrimiento, agravar las enfermedades, por eso los mantienen en las mismas condiciones que provocaron sus dolencias. Por eso los tienen secuestrados a pesar de haber cumplido su condena».
«Juegan con el sufrimiento»
Alcalde consigue expresar con palabras los sentimientos de los cientos de personas que han desbordado los arcenes, las mismas que se desplazarán el próximo domingo a las playas vascas para trasladar un mensaje nítido: «Pedimos que se respeten tanto nuestros derechos como los de nuestros familiares presos, demandamos la liberación de aquellos presos y presas que han cumplido ya sus condenas, exigimos la repatriación de los presos y presas vascas con los derechos que les corresponden. Y seguiremos haciéndolo hasta que todos los derechos sean respetados, hasta que el PSOE y la UMP dejen de jugar con nuestro sufrimiento y el de nuestros familiares».
La mañana avanza. No hay tregua para el asfalto en la operación salida y, aunque a ritmo lento, la caravana apenas se detiene. La mayoría han cargado sus vehículos como si no fuesen a volver jamás. Y puede que algunos no lo hagan. Puede que su destino se quede clavado en una curva.
Y contra ese destino lucha Etxerat, para acabar con la doble condena que supone la dispersión y porque «solamente así podremos garantizar nuestra vida amenazada, y la de los presos y presas con graves dolencias» termina Agurtzane Alcalde.
En Bizkaia, en la N-634 a la altura de Arrigorriaga se dieron cita 605 personas y, en Durangaldea, otras 150 se distribuyeron en siete puentes sobre la A-8. En Araba, en Larrazkueta se reunieron 26 personas, en Lopidana 35 y en los Llanos 57.
En Gipuzkoa se contaron 304 personas en la carretera que une Legorreta y Beasain, 102 a la altura de este último pueblo, 81 en Añorga, 73 en Gantxurisketa, 70 en Orereta, 59 en el Puente de Santiago, 62 en Tolosa, 62 en Irun, 60 en Zarautz, 52 en Oiartzun, etc.
Más de un centenar de personas secundaron la convocatoria de Etxerat en Iruñea. También hubo concentraciones en otros puntos de la red viaria navarra, como Bera (12 personas), y el alto de Etxegarate (50).
La carretera que comunica con la playa de Hendaia, donde se reunieron 50 personas, se convirtió en el centro de la reivindicación en Lapurdi. Además, en el peaje de Biarritz la cadena humana unió a 17 personas y en Baiona se juntaron 30.