EL CORREO Juan María Laboa 2007/7/25
El derecho a la objeción
(...) Parece ser la hora de los más atrevidos, de los usurpadores de las riendas eclesiales, de quienes manipulan supuestas amistades pontificias, de quienes utilizan torticeramente emisoras y altavoces de la comunidad creyente, de quienes juegan con la comunidad ensalzando a sus amigos y marginando a quienes no piensan como ellos. Es hora de que muchos obispos, sacerdotes y creyentes, en general, lancen su `basta ya', exijan al nuncio obispos más adecuados, a los obispos otras formas y otro talante, a la Conferencia la valentía de la corresponsabilidad, a la comunidad creyente su voz y su protesta fruto del amor a la Iglesia. Se habla del derecho a la objeción de conciencia. Bien, pues utilicémoslo. Todo por el bien de la Iglesia. (...) Es hora de abandonar la pasividad y el pasotismo suicida tanto en nuestra comunidad creyente como en la sociedad civil.