Shinzo Abe tendrá problemas para mantener la mayoría en el Senado
La coalición que gobierna Japón, formada por el PLD y el Nuevo Komeito, corre el riesgo de perder la mayoría absoluta que tiene en el Senado en las elecciones que se celebran hoy. En cualquier caso, según la legislación japonesa, esta derrota no conllevaría un cambio de Gobierno inmediato. El primer ministro, Shinzo Abe, tiene un bajo nivel de popularidad debido a los escándalos de corrupción en los que ha incurrido su Ejecutivo.
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La coalición formada por el Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro japonés, Shinzo Abe, y por el Nuevo Komeito corre el riesgo de perder la mayoría absoluta en el Senado, cuyas elecciones se celebran hoy, ya sea por el descenso experimentado en el índice de aprobación del primer ministro o por los escándalos que han rodeado a sus principales ministros.
En cualquier caso, parece ser que el cargo de Abe no está en peligro. Así lo destacó el pasado martes Yasuhisha Shiozaki, secretario jefe del Gobierno japonés, en el diario «Mainichi Shimbum», puesto que «en las elecciones al Senado no se elige una Administración». Sí que se han dado ocasiones en las que el primer ministro ha sido reemplazado tras los resultados, pero esas decisiones, según Shiozaki, han partido de la Administración y no forman parte del procedimiento estándar.
De igual forma opinaba el líder del PLD, Shoichi Nakagawa. «Si el primer ministro continúa o no en el cargo es una pregunta que se encuentra en una esfera completamente distinta a la de estos comicios», declaró en una conferencia de prensa para los corresponsales extranjeros en Japón.
El Senado no está sujeto a disolución y sus miembros estudian más en profundidad que los miembros de la Cámara de Representantes, más poderosa, puesto que tiene prioridad en nombrar a los primeros ministros, en la aprobación del presupuesto y en la ratificación de tratados.
El primer ministro, en el filo
En los días previos a la celebración de los comicios, Abe ha permanecido desafiante ante los resultados de hasta tres encuestas que vaticinan el descarrilamiento de su coalición en las elecciones de hoy.
Si bien obtendrá la victoria, es posible que pierda la mayoría absoluta. Eso es, al menos, lo que reflejaron los sondeos publicados por la agencio Kiodo, el diario «Mainichi Shimbum» y la cadena Nikkei TV, según los cuales la coalición PLD-Nuevo Komeito no alcanzaría los 64 escaños necesarios, de los 121 en juego, para mantener la mayoría. En estos comicios sólo están en juego la mitad de los 242 asientos del Senado.
Según esas mismas encuestas, la oposición capitaneada por el Partido Democrático de Japón (PDJ) obtendría la victoria y se convertiría en el principal partido del Senado, más por los recientes escándalos del Gobierno que por sus propios méritos.
En estos momentos, el índice de popularidad de Abe está en el mínimo tras nueve meses en el cargo. La principal razón es que al menos 50 millones de pensionistas desconocen dónde se encuentra el dinero que han acumulado durante su vida laboral. Al parecer, un fallo burocrático al convertir los expedientes a un nuevo formato ha provocado que ninguno de los afectados pueda demostrar que es el beneficiario del fondo. Asimismo, el ministro de de Agricultura está acusado de prevaricación.
Reclamado por la Justicia de Perú y en libertad vigilada en Chile, el ex presidente peruano Alberto Fujimori concurre a estas elecciones buscando un escaño en el Senado para intentar evitar la extradición.
Es la primera vez que un ex Jefe de Estado se presenta a las elecciones en otro país.
Hijo de japoneses establecidos en Perú durante la oleada de inmigración nipona en Latinoamérica de los años 30 del siglo XX, el que fuera hombre fuerte de Lima ha aprovechado su doble nacionalidad. Fujimori cumple todas las condiciones que establece la legislación electoral nipona.
Fujimori, que ayer cumplió 69 años, se presenta en las listas del Nuevo Partido del Pueblo, que tiene menos del 1% de las expectativas de voto. Sin embargo, la complejidad del sistema electoral japonés hace que sus posibilidades de entrar en el Senado sean difíciles de evaluar a priori.
Inspirándose en la película de Tom Cruise, Fujimori se ha atribuido el título de «último samurai», para resucitar los tradicionales valores japoneses de trabajo y abnegación. «Daré mi vida si hace falta por la patria de los samurai», proclama en un vídeo en el que habla un japonés teñido de acento hispánico.
Fujimori, que gobernó Perú de 1990 a 2000, ha logrado concitar las simpatía de sectores nacionalistas japoneses. Muchos de ellos, valoran su actuación durante la toma de rehenes japoneses en la Embajada nipona en Perú en 1997. Tras cuatro meses de ocupación por los guerrilleros de Tupac Amaru, Fujimori ordenó el asalto para liberar a los 71 rehenes, matando a catorce guerrilleros.
