«En las plantas vascas queremos mantener el empleo de taller y crecer en ingeniería»
Iñaki López Gandasegui lidera Aernnova desde la presidencia y también participa en su accionariado, habiendo sido anteriormente consejero delegado de la compañía con el grupo Gamesa. En la nueva etapa, la empresa ha cambiado la tendencia de pérdidas y sus propietarios compiten incluso con el grupo del que surgieron en el terreno de las energías renovables.
Pablo RUIZ DE ARETXABALETA |
López Gandasegui se muestra satisfecho de la marcha de la compañía que preside pero subraya que en Euskal Herria el crecimiento de empleo se basará más en la ingeniería que en la producción, en la que su objetivo es mantener el actualmente existente.
Tras una etapa de números rojos y el cambio en la propiedad, Aernnova logró el año pasado un beneficio neto de cuatro millones de euros. ¿El cambio de tendencia se debe al mayor interés de los nuevos gestores o a la mejora del sector en general?
Yo diría que es una cosa mixta. El hecho de que en el momento de la venta se haya constituido un nuevo núcleo accionarial y hayamos reforzado la estructura de gestión ha sido también muy bueno para mejorar la motivación del equipo directivo y del personal. Y también algunos temas concretos del mercado nos han favorecido. El programa del E-145, que ha sido durante muchos años el principal programa de trabajo y del que preveíamos una caída bastante fuerte se ha mantenido mejor de lo previsto y eso nos ha ayudado a mejorar un poco.
¿Cómo marcha el sector aeronáutico en general?
Hay mucha actividad. Ha habido noticias vinculadas a Airbus que han dado cierta sensación de crisis, con el retraso del A-380, pero el sector tiene una demanda alta de aviones. La propia Airbus y Boeing están compitiendo en el número de pedidos, y están consiguiendo bastantes. Eso hace que todo el sector de la industria aeronáutica tengamos bastante trabajo. En 2005 hubo una situación en la que se habló de un posible expediente de regulación de empleo. Actualmente está totalmente descartado. A cada compañía le puede ir mejor o peor, dependiendo de con qué programa está trabajando. En el caso del modelo E-145 su caída hubiera afectado a alguna de nuestras plantas. Afortunadamente, con los nuevos pedidos tenemos una situación bastante aceptable de carga de trabajo, pero hay otro elemento externo a la compañía, que es el dólar. Dado que nuestras ventas son en dólares, cuando el dólar se deprecia nos perjudica en la parte económica.
¿El programa E-145 tiene mucha vida todavía?
Todo depende de nuestro cliente, Embraer. Está aguantando más de lo que preveíamos y creo que en los próximos dos años se van a mantener más o menos los niveles actuales, lo que es una buena situación.
¿Y cómo marcha el programa del E-170 y E-190?
Está creciendo muy fuerte y en la planta que tenemos en Berantevilla, que principalmente está trabajando con ese programa, tenemos una carga de trabajo para bastantes años. Por tanto, en cuanto a carga de trabajo estamos bastante tranquilos.
¿Qué creación de empleo se prevé en las plantas vascas?
En general vamos a ser un grupo en crecimiento pero vamos a crecer en temas de más valor añadido, ingeniería, compras, gestión de proyectos, calidad... Vamos a crecer bastante menos en el trabajo directo de taller. Lo que si queremos es no tener ningún problema de reducción de empleo. El crecimiento de la actividad global va a permitir que haya crecimiento en el País Vasco en actividades de valor añadido y mantener el resto de actividades. Si no hiciéramos una política de ese estilo a lo mejor dentro de cuatro años podríamos llegar a tener problemas de empleo.
Los sindicatos insisten en reclamar carga de trabajo.
Es lógico. En 2001, después de un crecimiento enorme vino la crisis del 11-S y tuvimos que hacer una reducción de personal. Afortunadamente el impacto fue relativo porque fueron muchos contratos temporales. Queremos prever no tener problemas relevantes de empleo a medio plazo. Eso implica que la política de desarrollo tiene que ser adecuada.
También han diversificado la actividad hacia las energías renovables.
Aernnova es aeronáutica. En el seno del grupo accionarial de Aernnova hemos desarrollado iniciativas con otras sociedades distintas. Estamos empezando en el tema de renovables. Orisol tiene el mismo accionariado, son compañías cercanas y pueden incluso colaborar, pero Aernnova es un proyecto exclusivamente aeronáutico.
¿También se prevén nuevas plantas en Euskal Herria en este campo?
Sí, estamos estudiando esas posibilidades pero aún no podemos confirmarlo.
El nuevo accionariado ajeno al territorio vasco, en el que la Caja de Castilla La Mancha cuenta con el 23%, supone un riesgo de desplazar proyectos?
De eso no ha habido nada. Tenemos la suerte de que no nos están presionando. Lo mismo que tenemos actividades en Andalucía, en Aragón o en Toledo, el día de mañana podremos hacer otras cosas en Castilla La Mancha porque sea bueno, pero no porque haya una influencia accionarial. Aernnova seguirá tomando sus decisiones en función de la compañía y de los proyectos.
¿Cómo prevé cerrar el presente ejercicio?
A pesar de que el dólar nos penaliza esperamos cerrar el año en positivo, que ya es mucho decir. Estamos tranquilos, satisfechos y contentos.
«Ha sido genial poder aprender de Melicutti, es un encanto con los actores, y además no tiene ningún reparo n explicarlo»
«Nuestro objetivo en México es también conseguir nuevos contratos. Eso va a redundar en más actividad en muchos departamentos que tenemos en Vitoria»
«En el trabajo del taller el empleo va a crecer bastante menos que en ingeniería y otras actividades. Pero lo que queremos es no tener ningún problema de reducción de empleo»
«Puede que hagamos cosas en Castilla La Mancha pero no por presiones de los accionistas. Aernnova toma sus decisiones en función de la compañía y de los proyectos»
¿Han conseguido nuevos proyectos en la feria aeronáutica que se celebró en París el mes pasado?
La consecución de los programas aeronáuticos suele ser muy larga. Duran bastantes meses y en algún caso más de un año en conversaciones continuadas con el cliente. Hemos conocido los programas en donde estamos de Embraer, Sikorsky, Airbus y Bombardier. El A-380 ha sufrido algunos retrasos y empieza a remontar poco a poco. No obstante, desde el punto de vista de la actividad industrial afecta a una planta que tenemos en Getafe. En el caso del País Vasco no afecta ni para bien ni para mal, pero tenemos que pensar en todo el grupo.
Con Boeing estamos trabajando en una actividad muy interesante, que es ingeniería. Por el momento no estamos trabajando a nivel industrial pero como en el caso de Euskadi los costes salariales son superiores a otras zonas industriales, la forma de que crezca el empleo en Euskadi es hacer actividades de mayor valor añadido. Tenemos un potente equipo de ingeniería y el contrato con Boeing está siendo muy importante para que crezca esa actividad.
¿La reciente reestructuración de EADS afectará a Aernnova?
No nos afecta directamente y a corto plazo. Pero toda la reestructuración que está haciendo Airbus va a afectar a toda la industria europea en general. Están cambiando los criterios de contratación. Cada vez va a pedir más competitividad a las empresas. Hasta ahora había cierto proteccionismo de reparto entre los diferentes países, Alemania, Francia, España, Inglaterra... y eso poco a poco se va a ir acabando. Airbus va a empezar a contratar a las compañías que resulten competitivas, independientemente de dónde estén y de dónde sean. Eso va a hacer que tengamos que espabilar todos. Para nosotros espero que sea una oportunidad. Eso sí, va a suponer que tengamos que hacer ofertas muy competitivas a Airbus.
¿Eso supone bajar costes?
Los programas son una combinación de muchas cosas. ingeniería, utillajes, fabricación final... Lo que es importante es que el conjunto que se ofrece al cliente sea competitivo. A lo mejor para conseguir un programa nuevo podemos hacer la ingeniería en el País Vasco, las compras a los suministradores en el País Vasco o en otras zonas de España y la producción en otro país de bajo coste. Lo importante es mantener la actividad. Creo que cada vez estamos más obligados a tener una visión global, no una visión parcial de esta planta o esta otra. Está claro que los costes salariales en el País Vasco son superiores a los de otras zonas. También la productividad es superior, pero normalmente esa mayor competitividad no compensa las diferencias salariales. Tenemos que buscar otras vías para mantener la actividad.
¿En esa línea prevén la apertura en México de otra planta?
Sí, dentro de esa política de desarrollo general. Pero nuestros objetivos en México son también conseguir nuevos contratos. Automáticamente, eso va a redundar en más actividad en muchos departamentos que tenemos en Vitoria: ingeniería, compras, gestión de proyectos... Puede que haya personas de aquí que voluntariamente quieran ir a trabajar a México. Va a ser una forma de poder mantener a largo plazo la actividad.