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«La música me aporta vida y unos momentos fantásticos y bellísimos»

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José Antonio Echenique, director de la quincena musical donostiarra

José Antonio Echenique lleva a cargo de la Quincena Musical de Donostia desde que era muy joven. Después de una larga ausencia por motivos de salud retorna «con mucha ilusión y respeto». Asegura que «en estos momentos la vida musical en Donostia está viviendo un tiempo de bonanza» y aclara que uno de los grandes retos que persigue la Quincena es el de «innovar y atraer a nuevos públicos».

Hoy comienza la 68 edición de la Quincena Musical de Donostia que se alargará hasta el próximo 4 de setiembre. Este año se homenajeará a dos grandes figuras de la música; por un lado, al compositor napolitano Domenico Scarlatti (1685-1757) y por otro lado, al arpista donostiarra Nicanor Zabaleta (1907-1993), entre muchas otras cosas más. GARA ha estado con su director, José Antonio Echenique, que ha vuelto después de una larga ausencia.

¿Qué se siente al volver después de tanto tiempo?

Vuelvo con mucha ilusión y mucho respeto. Mucha ilusión porque llevo veintinueve años como director del festival y con mucho respeto, porque creo que en Donostia y en Euskal Herria en general, estamos viviendo un tiempo de bonanza en el terreno musical, es decir, tenemos una vida musical muy rica e intensa. Lo que caracteriza a nuestros festivales es que el 65% de los intérpretes son de aquí y además están en todos los frentes: en el Kursaal, en el teatro Victoria Eugenia, en Chillida Leku, en las antiguas iglesias... De los cien festivales que pertenecemos a la Asociación Europea de Festivales de Música somos de los pocos que albergamos tantos intérpretes de casa.

¿Atrae a mucha gente este festival musical?

Sí. Tenemos un respaldo del público fantástico porque por ejemplo, a día de hoy tenemos vendido un 95% del aforo del Kursaal y también el teatro Victoria Eugenia va maravillosamente bien. Todo eso es muy positivo pero creo que es también el momento oportuno para dar un paso adelante y reflexionar para ir diseñando el mundo de la música clásica con una mentalidad del siglo XXI y no del siglo XIX. Ese es el reto que tenemos en la Quincena Musical y en general en toda Euskal Herria.

Entre las novedades de la programación se encuentra el estreno de la ópera de Domenico Scarlatti «L'Ottavia restituita al trono» en el Victoria Eugenia, ¿qué puede adelantar sobre este acontecimiento?

Este estreno coincide con el homenaje al compositor del siglo XVIII Domenico Scarlatti que nació en Nápoles y que estuvo muy vinculado a la corona española. Fue un grandísimo músico. Para nosotros este acontecimiento es volver a casa, es decir, al teatro Victoria Eugenia. Esta ópera va a ser un reestreno ya que su primera representación tuvo lugar en vida del compositor. Musicalmente va a ser una interpretación fantástica, ya que cuenta con la dirección musical de una gran autoridad en la música barroca como es Antonio Florio. También hay que mencionar la puesta en escena, los decorados , el vestuario... que corren a cargo de Francisco López. La ópera habla sobre los amores del emperador romano Nerón. Asimismo, el compositor Scarlatti va a estar muy presente en el Victoria Eugenia gracias a las interpretaciones del pianista Christian Zacharias y también en otros lugares de Donostia estará presente de la mano del contratenor Carlos Mena que es un intérprete realmente exquisito y con gran elegancia.

También se va a rendir homenaje al arpista donostiarra Nicanor Zabaleta.

Así es. Tuve la suerte inmensa de tratarle desde el año 77 hasta el año de 1992, un año antes de morir. Nicanor Zabaleta ha sido con el arpa lo que fue en su momento Sarasate con el violín, Gayarre con la voz, Rostropovich con el violonchelo o Paco de Lucía y Narciso Yepes con la guitarra. Nicanor fue un gran músico y muy elegante. Recuperó el arpa que era un instrumento que tuvo su esplendor en los siglos XVII y XVIII y que después quedó en el olvido durante el Romanticismo. Nicanor otorgó al arpa el protagonismo que merecía en el mundo de la música. A través de su arte y su interpretación puso el instrumento a un nivel internacional. Además, Nicanor Zabaleta ha sido el mayor embajador musical que ha tenido Euskal Herria junto con el Orfeón Donostiarra a lo largo de toda su historia, e interpretó con la mejores orquestas del mundo trabajos de compositores que estaban en el olvido. También pidió a los grandes compositores del mundo que compusieran música para arpa. Fue un hombre sensible y fue como una ONG del arpa, un hombre muy generoso. También se creó una beca a petición suya y de su mismo nombre para todos los intérpretes de cuerda.

¿Cuál cree que va a ser el concierto más exitoso?

Como es una programación muy variada eso dependerá de los gustos que tenga la gente. Cada concierto tiene lo suyo, es decir, cada uno de ellos tiene su magia. Por ejemplo, entre los mágicos de este año se encuentran la ópera «Otello» de Guiseppe Verdi que clausura la Quincena Musical o el recital en homenaje a Nicanor Zabaleta en Chillida Leku.

¿Qué le aporta a usted la música en general?

En primer lugar me aporta el pan y en segundo lugar, he tenido la inmensa suerte de poder trabajar en algo que me gusta. La música me aporta vida y unos momentos fantásticos y bellísimos. Gracias a la música he descubierto que la vida misma está llena de música si se utiliza un poco de imaginación. Por ejemplo, a veces el mismo silencio es música y siempre digo que es el mejor aplauso, ya que cuando alguien está en una sala escuchando a algún intérprete con gran silencio significa que está funcionando. Por poner más ejemplos, el viento que suena en el mes de octubre con las hojas cayendo y deslizándose o el sonido de la mar son maravillosos. El canto de los pájaros, el ruido que hacen las bicicletas al deslizarse por la carretera, el sonido de las fuentes, de las cascadas, de la lluvia... todo esto es realmente fantástico.

¿Considera que Donostia se mueve mucho en el terreno de la música clásica aparte de la Quincena?

Sí, claro que lo creo. En este apartado hay que destacar la labor que a lo largo del año hace la Orquesta Sinfónica de Euskadi con su temporada y la cual cuenta con un gran número de abonados. También es destacable la labor de la Fundación Kursaal, los conciertos de la escuelas de música, los que organizan las asociaciones de coros, Musikene, que es el pulmón... Tenemos una vida musical muy intensa, la verdad.

Jon CABANILLAS

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