El laboratorio de Pirbright, a unos cinco kilómetros de la granja afectada, se ha convertido en la principal pista del Ejecutivo después de que los expertos confirmasen el sábado que la cepa del virus hallada en el ganado infectado es la misma que la utilizada en ese complejo para la fabricación de vacunas y realización de diagnósticos.

«La primera prioridad ahora, habiendo identificado las potenciales fuentes de la enfermedad, es localizar el mecanismo de transmisión», anunció el primer ministro británico, Gordon Brown, tras presidir la cuarta reunión del comité de crisis del Gobierno desde que se confirmó el brote.

Las instalaciones examinadas son compartidas por el Instituto de Salud Animal (IAH en inglés), que trabaja para el Gobierno británico y la UE, y la farmacéutica Merial Animal Health, que utilizó esa cepa en una remesa de vacunas manufacturada el 16 de julio pasado. Los inspectores de la Comisión de Salud y Seguridad (HSE, por sus siglas en inglés) investigan las medidas de bioseguridad tanto en esa firma como en todo el complejo y los resultados pueden estar listos en 48 horas, añadió Brown.

El IAH, un centro financiado por el Gobierno, ha hecho su propia inspección sin hallar fallos ni en los procedimientos de bioseguridad del centro ni en el funcionamiento del equipamiento. Según su director, Martin Shirley, en las últimas cuatro semanas han hecho un uso «limitado» de la cepa, del tipo 01 BFS67 y que fue aislada en el brote sufrido por Gran Bretaña en 1967. Además de la investigación de la HSE, el Gobierno ha ordenado revisar los planes de bioseguridad.

El experto de Microbiología Hugh Pennington declaró a la BBC que la confirmación de que el laboratorio es el foco de la infección sería una buena noticia, ya que, además de determinarse el origen, se trataría de un virus de vacuna, que probablemente es menos grave.