Seis italianos, emparentados y de entre 16 y 39 años, murieron acribillados a tiros en la madrugada de ayer en Duisburg (oeste de Alemania) tras celebrar el cumpleaños de uno de ellos en una pizzería de la familia a la que todos estaban vinculados de una u otra forma, en lo que parece un ajuste de cuentas entre grupos mafiosos.

Sin embargo, el jefe de la comisión policial que investiga estas muertes, Heinz Sprenger, no descartó que se trate de «una venganza personal o pasional».

Sprenger informó de que las seis víctimas murieron acribilladas y no de uno o varios disparos en la cabeza, como se diijo en un principio.

No quiso confirmar si el local era conocido por la Policía como presunto lugar de reuniones mafiosas o blanqueo de dinero, como se informó desde Italia.