El vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, afirmó ayer en Fráncfort que la organización elevará a 4.500 los controles antidopaje a los que se someterá a los deportistas en los JJOO de Pekín en 2008, frente a las 3.600 pruebas que se realizaron en Atenas en 2004. Aseguró que se creará un «estrecho» sistema de controles que permitirá detectar las irregularidades. «La lucha contra el dopaje tendrá un alcance significativo en los Juegos de Pekín. No nos acobardaremos ante las sensibilidades nacionales», agregó.