En de febrero de 2001 leí en prensa una entrevista realizada a Mario Onaindía, entonces presidente del PSE-EE de Araba. Yo consideraba que mi capacidad de asombro se había agotado ya, pero debo reconocer que Onaindía pudo con el «más difícil todavía». Al hilo del cuarto aniversario de su fallecimiento, acaecido el 31 de agosto de 2003, voy a reproducir algunas expresiones suyas que, en mi opinión, no tienen desperdicio, y voy a comentarlas a continuación. Se trata de frases que no necesitan del contexto para ser comprendidas. Son sentencias.

«En nombre de la autodeterminación quieren decir quién es vasco y quién no». Por lo visto, Mario daba por seguro que la frase objeto del referéndum la estableceríamos sólo los abertzales/ nacionalistas sin previa negociación. «Cuanto más autogobierno, más se radicaliza el nacionalismo». Pero ¿no dicen los constitucionalistas españolistas que sin violencia hasta la reivindicación de la independencia es legítima? Intuyo que se trata de «consentir reivindicar la independencia», pero nunca poder ejercerla. «Sin una derrota de los postulados del nacionalismo, Euskadi no tiene solución». Nacionalismo español puro y duro, es decir, imposición española cultural, social, jurídica, policial, militar, administrativa... Vamos, más de lo mismo. «Los más fanáticos defensores de la violencia son sectores del clero vasco». Mario debía haber andado con más cuidado, porque topar con la Iglesia... De todos modos, parece que se lo perdonó. «Las generaciones de ETA quieren echarnos a los 300.000 que, calculan, sobramos aquí». ¿Sólo 300.000? Pero si los constitucionalistas, es decir, los nacionalistas españoles dicen que suman la mitad de la población. Ahora me entero de que la población de las Vascongadas (Euskadi) es de 600.000 habitantes. Nunca te acostarás sin aprender algo nuevo. «No es verdad esa tontería que suelta el lehendakari de que todas las ideas son legítimas». Por supuesto, las ideas nacionalistas vascas no, pero las del PSOE sí son leGALes, las que aplica la democraCIA española. «Bajo una pretendida libertad de expresión se está haciendo concesiones inaceptables». ¡Qué lástima que no concretaba aunque sólo fuera una de esas concesiones! Libertad de expresión al dictado de los seguidores de Mario. ¡Que Dios nos coja confesados! «El PNV pretende organizar una nación de nacionalistas, en la que todos los nacionalistas gocen de derechos políticos y los que no sean nacionalistas estén a la intemperie». Y Mario pretendía organizar un chiringuito vascongado en el que los derechos políticos vigentes fueran los conculcadores de los derechos de los nacionalistas vascos y, además, sin dejar a nadie de éstos a la intemperie. ¡Todos a la dispersión! «El acuerdo de Estella, excluyente y totalitario, es la respuesta del PNV a su colaboración del PSE durante 10 años». Una infamia como un templo. Mario no tenía precio como falsario. Reto a cualquier seguidor incondicional de Mario a que exponga un punto, una frase del acuerdo de Lizarra que denuncie el carácter rigurosamente democrático del acuerdo. «El nacionalismo cultural es siempre totalitario». Salvo el nacionalismo cultural español, según Mario. El nacionalismo español ha sido y es culturalmente etnicida, lingüicida, glotófago. Varios cientos de lenguas corren peligro de extinción inmediata en América Latina en favor del español. ¿No le decía esto nada a Mario? Además, no tenía más que acercarse a cualquier kiosco de cualquier ciudad de Vascongadas y podía comprobar quién ha practicado el nacionalismo cultural totalitario y etnocida, si los vascos o españoles. La lengua vasca ha estado durante siglos proscrita en las escuelas públicas, en la administración, en la Universidad que se nos ha negado durante siglos incluso en español. Innumerables leyes y decretos españoles han abolido el derecho a utilizar el euskara. ¡Hay que ser cínico y procaz para hacer semejante manifestación! «El acuerdo PNV-ETA es que el PNV acepta el modelo fascista de ETA, es decir, quiere conseguir legalmente los mismos objetivos de expulsar a quien no esté de acuerdo con ellos». No comment. «Si el clero vasco vive del estado lo que debería hacer es defender la democracia y la libertad». Lo que le pasa a la Iglesia es que no tiene ministros para poder atracar fondos reservados y utilizar para su propio enriquecimiento ni cuenta con operaciones como Filesa, Malesa, Expo 92, Rumasa, Ave, Torras/KIO, Salimas, Siemens, Pinyer, Folma, Fanite, Times Export, Wordbase, Viajes Ceres, Pincinco, PSV de UGT... A la pregunta del periodista: «¿No cree que algunas actuaciones judiciales cuando menos discutibles desde el punto de vista del derecho, inducen a que el nacionalismo se atrinchere en sus posiciones?», responde Onaindía: «Pero si es igual hagas lo que hagas». Todo vale contra nosotros. A Mario le debió de impactar fuertemente el grito exterminador concretado en «¡A por ellos!» de la ultrafascista Victoria Prego.

Pues si era igual, Mario, ¿por qué no nos dejáis en paz de una puñetera vez? Dejadnos en paz a los vascos, a todos los vascos y vascas, que nos autodeterminemos. Queremos ámbito vasco de decisión, sin exclusión ni imposición. Necesitamos romper con España urgentemente. Y mientras España oprima, avasalle, torture, mate y disperse, trate de engañar con estatutos-trampa al pueblo vasco, los actuales Marios deberían pensar que el pueblo vasco, como todo pueblo sojuzgado, no puede ni debe renunciar a ningún instrumento de lucha históricamente legitimado en tanto no se sienten las bases para una solución negociada del contencioso. Da la impresión de que Mario ya estaba saboreando las mieles de la mayoría que pensarían configurar con el PP. Pero la democracia nunca debería estar legitimada sólo por las mayorías, sino también por las libertades. Por eso queremos ejercer el derecho a vivir libre y soberanamente.