«La carta esférica», adaptación cinematográfica de la novela de Arturo Pérez Reverte, surgió como fruto de uno de los encuentros entre el escritor y su amigo Imanol Uribe, en el que el primero propuso al cineasta «hacer un guión convincente» de una de sus obras y, como resultado, obtuvo «una película como las de antes, que aúna chicas, tesoros, barcos y enemigos sin caer en el tópico», apuntó ayer el autor de la novela original.

«La carta esférica», con guión del propio Uribe, «regresa al cine de piratas», explicó el director, y lo hace en clave de thriller, con una historia en la que se plantea un juego de mentiras a través de sus personajes. Entre ellos se encuentra Coy, un marinero sin barco que naufraga cuando se encuentra en tierra firme y que decide ayudar a Tánger Soto, una misteriosa y fría mujer obsesionada con acceder al «Dei Gloria», un barco hundido hace tres siglos cerca de las costas de Cartagena, y enfrentarse a dos peligrosos hombres.

«Reconozco mi novela en esta película, a los personajes que escribí y la tensión que viven sus dos protagonistas», aseguró satisfecho Arturo Pérez Reverte, que ve otra de sus obras llevada al celuloide tras la reciente «Alatriste», de Agustín Díaz Yanes. El escritor, presente en la rueda de prensa celebrada en la madrileña Casa de la Panadería a la que también acudió el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, recordó a los medios que en su trayectoria cinematográfica «no ha habido ninguna infamia desde que se adaptó `La tabla de Flandes', pero algunas se han quedado cerca, aunque no es el caso de esta cinta».

Para esta adaptación, Uribe se permitió «ciertos regateos en el guión con respecto a la novela», algo que Reverte aceptó sin dificultades, consciente de que «el cine y la literatura no funcionan del mismo modo». El leonés Carmelo Gómez, quien ya encarnó a uno de los personajes creados por Pérez Reverte en «Territorio Comanche», intenta «no dar una explicación filosófica» a las motivaciones del marinero que interpreta en «La carta esférica» y que, en su opinión, ofrece «una lección de vida, ya que vive un amor sin esperar ser correspondido y es capaz de dejar todo lo que tiene, aunque no sea mucho, por una pasión como esta».

Rodaje bajo el mar

Para preparar su personaje, un «hombre de tierra castellana» como Carmelo Gómez tuvo que adentrarse en alta mar y rodar, por decisión propia, todas las escenas subacuáticas, algunas filmadas a más de 25 metros de profundidad, que preparó con Javier García Gallego, quien también aparece en la película interpretando a Piloto, el único aliado de Coy en esta persecución por el tesoro escondido. Satisfecho con la experiencia submarina, Gómez recomendó a todos los presentes que se inicien en el buceo, «sobre todo al alcalde de Madrid» porque «debajo del agua no habla nadie». «Es de agradecer que un act0r se involucre tanto», señaló Uribe, quien dijo que una de sus mayores preocupaciones durante el rodaje era «que se notara que realmente era Carmelo quien estaba allí abajo, no un doble».

Para Aitana Sánchez-Gijón «La carta esférica» supone «un feliz reencuentro» con Carmelo Gómez, con quien ha formado «pareja de hecho cinematográfica» al coincidir en «La Regenta» y «Bajarse al moro» y en la próxima película de Gonzalo Suárez, «Oviedo Express», a pesar de que, apuntó Gómez, «siempre me rechace en la pantalla».

A partir de la novela, la actriz pudo «descubrir la naturaleza» de Tánger Soto, «un alma solitaria herida por la vida» que tuvo que acercar a su propio universo porque «nada tiene que ver con la verdadera Aitana», de quien el propio Pérez Reverte aseguró que es «una de las pocas actrices españolas capaz de huir de lo ordinario, que es una constante en el cine y en la vida social del país».