NaBai se declara engañado por el PSOE y Batasuna sitúa la clave del problema en 1978
Tras el Comité Regional del PSN, Nafarroa Bai acusó ayer a José Blanco y José Luis Rodríguez Zapatero de «no cumplir la palabra dada» y de aportar argumentos «incoherentes e insultantes». Desde Batasuna, por contra, se apunta que «la realidad ahora visible tiene sus orígenes en 1977-78, cuando los socialistas dieron un giro de 180 grados».
GARA | IRUÑEA
La cúpula de Nafarroa Bai compareció ayer para denunciar la intervención realizada el sábado ante el Comité Regional extraordinario del PSOE por José Blanco. Al secretario de Organización y al máximo mandatario del partido, José Luis Rodríguez Zapatero, les acusó la diputada Uxue Barkos de «no cumplir la palabra dada» al entender que ambos se habían comprometido a desbancar a UPN.
Maiorga Ramírez, número dos de la coalición al Parlamento y presidente de EA en Nafarroa, añadió que Blanco y Zapatero «han mentido reiteradamente a la ciudadanía navarra y han permitido unos desvergonzados y absolutamente ridículos episodios de negociación, jugando con la esperanza e ilusión de la ciudadanía». Estimó que ahora el PSN «tiene absolutamente mermada su credibilidad».
Patxi Zabaleta, cabeza de lista, se centró en denunciar el argumento expuesto por Blanco de que un gobierno tripartito con NaBai e IUN hubiera sido «frágil». El coordinador de Aralar aseguró lo contrario; que la fórmula hubiese resultado «firme y estable». Y tendió su mano al PSN para llegar a acuerdos en la designación de cargos como el senador autonómico, porque «no tenemos ningún reparo».
Batasuna: «Un apéndice»
Para Batasuna, por contra, la decisión de dar el gobierno a la derecha tiene su explicación hace casi 30 años: «El Comité Regional confirmó que el PSN no es sino una sumisa sucursal de un partido que toma sus decisiones pensando en Madrid y no en Navarra. Esta es una realidad que a pesar de que se hace visible ahora tiene sus orígenes en los años 1977-78, en que los socialistas dieron un giro de 180 grados en su posición política respecto a Euskal Herria».
Tras afirmar que «desde entonces el PSN no ha sido en Navarra sino un mero apéndice de UPN», Batasuna insiste en que «el primer paso para un cambio político real en Navarra es cambiar el actual marco político impuesto de partición territorial». Y al hilo de ello, emplaza a NaBai a que «plantee claramente un marco que acabe con los vetos del Amejoramiento».
Miguel Sanz, presidente de UPN y del Gobierno navarro, volvió a mostrar ayer su preocupación por la crisis abierta en el PSN tras la decisión de darle la Presidencia. En palabras que no parecen provenir de un supuesto adversario político, Sanz deseó que el PSN se reponga: «Debe recuperar la ilusión de hacerse un partido necesario para garantizar la gobernabilidad de Navarra, y al mismo tiempo conseguir captar el máximo de voluntades a los efectos de que sea un reflejo fiel de la base sociológica que tiene en la comunidad», afirmó tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno.
Sanz, que ya se ofreció a «colaborar» con el PSN tras recibir su apoyo en el debate de investidura, añadió ayer que «favoreceremos todo lo que sea conseguir esa estabilidad y unidad dentro del partido». En esta misma línea, se mostró conforme con las palabras dirigidas por José Luis Rodríguez Zapatero el domingo en ``El País'', donde éste no sólo admite que siempre fue partidario de dejar el Gobierno en manos de UPN sino que diferencia el discurso y la actitud de este partido y las del PP.
Mientras tanto, el protagonista del Comité Regional del PSN, José Blanco, estimó en Madrid que tanto los miembros del partido en Nafarroa como la sociedad en general «comprenden cada día más» la decisión tomada en la calle Ferraz. Incidió en que fue tomada en función de las claves de «la convivencia y el entendimiento».
Los dos sectores críticos del PSN se reunirán en los próximos días para valorar las afirmaciones de Blanco. Ayer se consumó la renuncia a la militancia de Mariano Cerezo, que antes había dimitido también de la Ejecutiva (lo han hecho cinco de sus 31 miembros). Cerezo salió muy molesto del Comité Regional del PSN, tras el que Blanco despreció su anuncio de abandono. Ayer, tras confirmar por correo electrónico que renuncia al carnet, Mariano Cerezo aseguró que el partido «parece un ejército» y dejó caer que militantes riberos pueden impulsar una nueva formación política. Medita ahora qué hará con el cargo de concejal que ostenta en la capital ribera.
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