La fusión de GDF y Suez crea un nuevo gigante de la energía mundial
Los consejos de administración de Gaz de France (GDF) y de la empresa franco-belga Suez aprobaron la fusión de ambas compañías energéticas tras llegar a un nuevo acuerdo sobre las condiciones de la operación, que dará lugar a un gigante energético con una participación del Estado francés del 35%. La fusión se produce entre los temores de sindicatos, partidos y asociaciones de consumidores.
GARA | PARÍS
El nuevo grupo, que se llamará GDF-Suez, creará un gigante energético europeo con especial relevancia en el sector eléctrico y gasista, con una capitalización bursátil conjunta de aproximadamente 90.000 millones de euros y una facturación anual de 72.000 millones de euros.
Sin embargo, las enormes cifras del negocio no esconden las críticas que desde diversos sectores ha merecido la operación. Mientras el PS habla de una «espectacular privatización» -el Estado francés contaba con el 70% del accionariado de GDF y ahora tendrá el 35% del nuevo gigante- , los sindicatos temen que la primera consecuencia de la fusión sea un recorte de plantilla. En la actualiddad Suez tiene 140.000 trabajadores repartidos por todo el mundo, mientras que la gasista cuenta con alrededor de 52.000 empleados.
Tras la operación, GDF-Suez se convertirá en el líder europeo de compra-venta de gas y de transporte y distribución y en uno de los principales actores mundiales en el sector del gas licuado y en la quinta eléctrica del continente europeo, agrega la nota. Ambas compañías esperan obtener unas sinergias anuales de 1.000 millones de euros hasta 2013. El nuevo grupo asegura que se centrará en objetivos como la seguridad del suministro energético europeo, el desarrollo de infraestructuras a gran escala, las energías renovables, la renovación de instalaciones eléctricas, el desarrollo sostenible y la reducción de emisiones de CO2.
El actual presidente de Suez, Gérard Mestrallet, ejercerá el mismo cargo en la nueva compañía fusionada, mientras que el actual presidente de GDF, Jean-François Cirelli, será el vicepresidente de GDF-Suez.
Si bien el actual presidente francés, Nicolas Sarkozy, era contrario a la fusión cuando era ministro de Economía, ahora ha jugado un destacado papel a la hora de apadrinar e impulsar la operación tras 18 meses de retrasos sobre el plan inicial. La fusión finalizará en 2008.
La fusión
La operación es presentada como entre iguales, aunque la fusión se realiza a través de una ecuación de canje de 21 título de GDF por cada 22 de Suez, a través de la absorción de Suez por parte de GDF. ¿Cómo es posible si el gigante electronuclear Suez, cuyo valor en bolsa es de 54.000 millones de euros, supera con creves la envergadura financiera de GDF (36.000 millones)?
Así, la operación obliga a Suez a desprenderse de sus actividades medioambientales -saneamiento, distribución de agua y reciclaje-. Esta sección pasará a formar parte de una filial denominada Suez Environment.
GDF-Suez tendrá una participación del 35% en Suez Environment y los accionistas de Suez un 12%. La nueva filial medioambiental se convertirá en un líder mundial del sector y tendrá cerca de 60.000 empleados.
Críticas
Los sindicatos han criticado que se trate de una privatización encubierta de la gasista, en contra de las promesas del Gobierno que ayer, por boca del primer ministro, François Fillon, defendió el plan con el argumento de que «es mejor que el Estado tenga casi el 40% de GDF-Suez que el 80% de Gaz de France».
«Nosotros tenemos el control y mantenemos la estrategia», dijo Fillon, mientras las críticas a la privatización han llovido desde la oposición política, en la que el líder del PS François Hollande denunció el «riesgo» para el poder adquisitivo de los consumidores.
Otro de los temores fue expresado por las asociaciones de consumidores, que creen que la unión de dos empresas del mismo sector afectará a la libre competencia y puede redundar negativamente en los precios.
El sector energético está llamado a ocupar en los próximos años las mayores inversiones económicas y, por lo tanto, los crecimientos más elevados de los beneficios empresariales. Europa se enfrenta al reto de la liberalización total del mercado energético, a la vez que a un mayor control del mismo para evitar que Rusia marque las reglas de juego. Las empresas del sector se han lanzado desde hace unos años a concentrarse mediante fusiones y adquisiciones que, desde luego, en nada benefician al consumidor, porque la energía cada vez está más cara. Enel y Acciona desarrollan una campaña por la compra de Endesa, una vez de que E.On perdiese la batalla por su control, tras desbancar a Gas Natural. Iberdrola adquirió Scottish Power y Unión Fenosa tiene puestos sus ojos en la eléctrica que dirige Ignacio Sánchez Galán, a la que se le ha atragantado la compra amistosa de la estadounidense Energy East. Un grupo de accionistas de Energy East ha interpuesto una demanda colectiva, lo que puede llevar a la multinacional eléctrica de origen vasco a desembolsar más por la operación. En este proceso de fusiones eléctricas no se han quedado atrás Gaz de France y Suez, controladas por el Gobierno francés, ni tampoco las eléctricas alemanas E.On y RWE. Pasada la fiebre del ladrillo, de nuevo es la energía la que ocupa los debates sobre su futuro y la que está generando enormes beneficios, que se multiplicarán en un futuro con toda la actividad de la energía verde. De hecho, Endesa, Iberdrola y Red Eléctrica han logrado incrementar los beneficios en el primer semestre de 2007 por encima del 17%.
J. BASTERRA