Dicen que no hay mejor manera de olvidar una derrota que disputar otro partido de inmediato. Está de suerte el Alavés en ese sentido, porque mañana mismo disputa la primera eliminatoria copera.

Un choque que aparca la desilusión por el mal arranque -principalmente en lo que a resultados se refiere- de los albiazules pero que, si las cosas marchan bien, puede convertirse en la piedra de toque que necesita el Alavés para impulsarse.

No será hasta hoy, de todos modos, cuando Josu Uribe empiece a preparar el partido frente al Nástic, en el que los gasteiztarras afrontan un doble reto: marcar su primer gol -es el único equipo de Segunda, junto al Salamanca, que aún no se ha estrenado- y, lógicamente, lograr también el primer triunfo.

El trabajo, ayer, fue básicamente de recuperación, aunque los jugadores que no actuaron de inicio ante el Málaga -y que previsiblemente sí lo harán mañana- se ejercitaron con mayor intensidad que sus compañeros.