Paolo Bettini, actual campeón olímpico y mundial, aplicó astucia, táctica y fuerza para anotarse en un reducido esprint la tercera etapa de la Vuelta disputada entre Viveiro y Luarca, de 153 kilómetros, por delante de Óscar Freire, que logró mantener el jersey oro en vísperas de la etapa de los Lagos, y Allan Davis (Discovery). El Euskaltel-Euskadi atacó al final pero Haimar Zubeldia sufrió en una caída y llegó a 11 minutos, con el hombro lastimado.

Bettini puso fin a una sequía que duraba demasiado. Acostumbrado a las victorias, este año tan sólo había levantado los brazos en el Tour de California, después de fracasar en el Giro y en las clásicas de primavera. Pero el Mundial se acerca y el Grillo ha afinado su puesta a punto para tratar de revalidar su maillot arco iris. El domingo, sólo Freire pudo con él, pero ayer, el italiano del Quick Step aprovechó el final complicado y remató el trabajo de sus compañeros.

Tres gladiadores del pelotón como De la Fuente (Saunier Duval), supercombativo del Tour 2006, el jersey de la montaña Martínez (Karpin) y Vallejo (Relax) se marcharon por delante apenas abandonada la villa medieval de Viveiro.

El trío hizo la transición de Galicia a Asturias en un sube y baja constante por los puertos lucenses, entre curvas y un molesto viento de cara que ponía plomo en sus pedales. La ventaja se estabilizó en 2.30.

La escapada quedó sentenciada nada más pasar el Alto de Babia (3ª), a 33 kilómetros de meta, en un descenso que rompió el pelotón en mil pedazos por el impulso del Quick Step. El Euskaltel-Euskadi coloreó de naranja las primeras plazas, todos con el asturiano Samuel Sánchez, especialista en bajadas de vértigo.

El cuadro vasco animó el cotarro. Siete hombres tiraron a bloque. En el fragor de la batalla, alguien tocó un cono y Zubeldia no pudo evitarlo y sufrió una espectacular caída. El vasco sufrió un fuerte golpe en su hombre izquierdo -ya se rompió la misma clavícula hace años- y no podía apoyar la mano en el manillar. Lastimado, se subió a la bici y llegó a 11 minutos.

El Quick Step tomó el mando para llevar a Bettini hasta el kilómetro final, con un apetitoso repecho de 700 metros al 7%,, ideal para el campeón olímpico y mundial. En ese terreno explosivo, Bettini no falló.Impuso la ley de la experiencia y batió a un Freire que protestó en vano.