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CRÓNICA | Firade teatre al carrer de Tàrrega

Sensibilidad cómica, «sistematurgia» y vaca al burduntzi con diablos

Más o menos a tercios, teatro de calle, circo y teatro de interior incalificable forman parte de la dieta de Tàrrega, que se adereza con el tradicional viernes en el que la delegación vasca oficial se hace presente de manera gastronómica.

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Carlos GIL crítico

Este año la división de oficialistas y privados tuvo su materialización obvia: en el lugar habitual, la famosa rueda de prensa a la que no acuden los medios y sí feriantes ávidos de tapeo; en otro, una novedad: la primera fiesta de la vaca, una vaca, tal cual, hecha al burduntzi, por un famoso especialista elorriotarra. La rueda de prensa, acompañada por chacolí y productos conservados; la vaca, regada con sidra, una invitación costeada por los excluidos de la delegación del Gobierno de Lakua, Deabru Beltzak y el gran mago catalán Mag Lari.

Fuera de estas crónicas poéticas, en la estadística parece que ha decrecido algo la presencia de profesionales vascos y las actuaciones, diseminadas, han ido corriendo diferente suerte. Deabru Beltzak reunió a un numeroso público con su pasacalles celebrado a las dos de la mañana con tambores y coreografías.

Nuestra travesía empezó con un espectáculo magnífico, «Demodé», a cargo de Leandro y la Tal. Tres payasos, mucha imaginación, muy buena técnica y gran calidad en todos sus movimientos. Buen uso de los elementos de atrezzo, del vestuario y del maquillaje, gran capacidad de comunicación. Diríamos que es uno de los espectáculos que dejan satisfechos a casi todos.

«Amour a mère» es un trabajo con mucha sensibilidad, partiendo de una actriz autora, Leonor Canales, dotada de mucho talento y basando su interpretación en diferentes técnicas, máscaras y muñecos, estableciendo, desde un fino humor, una conexión sentimental con su madre, emocionando, causando sensación. A recordar a esta actriz bajo bandera francesa pero con acento andaluz.

Un mundo virtual

Reencuentro cibernético con Marcel-lí Antúnez, uno de los fundadores de la Fura dels Baus, que lleva tiempo investigando con las nuevas tecnologías. Llega con una nueva experiencia mucho más cercana, más humanizada, cargada de ironía y sentido del humor, en la que mezcla la actuación con los dibujos animados, la participación del público y los programas de ordenador. Un buenísimo trabajo, un lenguaje asequible, pero cargado de significaciones, un discurso nítido, en el que el hombre conectado al ordenador va describiendo un mundo en donde la cadena trófica es alterada por las nuevas tecnologías y la vida cotidiana viene marcada por el uso de estos elementos. «Protomembrana» es una suerte de lección teórica sobre la «Sistematurgia o dramaturgia de los sistemas computacionales». Un buen retorno de un creador que ha dado algunos bandazos a lo largo de su ya extensa e interesantísima carrera.

Albadulake fusionan flamenco, malabares, clown, acrobacias gimnásticas, y, en su segundo espectáculo, «Majaretas», dan fe de una evolución en la que buscan una hilazón dramatúrgica que cohesione todos los números, que con las partes se visualice un todo homogéneo. Lo logra a medias, pero es cuestión de representaciones, de ajustar tiempos, de que la escenografía, de gran presencia y significación, sea movida con mayor agilidad. En este espectáculo, quizá sea excesiva la presencia en primer plano de la parte musical, porque logra su máxima categoría en donde la fusión se busca y se logra, en la que funcionan a la par todos los elementos, y es entonces cuando apunta sus posibilidades de gran espectáculo con lenguaje muy propio.

De los espectáculo de circo sin camuflajes, destacamos lo visto en un espacio programado por 23 Arts, una empresa privada dentro de la Fira, pero fuera de lo oficial. Allí disfrutamos con un barman pasado de vermú, en «Dico-bar», una historia muy previsible en algunos momentos, pero con los clásicos números muy bien ejecutados. El actor demuestra sus dotes có- micas, junto a sus capacidades de equilibrista.

Le siguió, muy pasadas las dos de la madrugada, Teatro Necesario, con su excelente «Clown in libertá», en el que los tres payasos a cara descubierta dan muestras de su facilidades para crear situaciones realmente desternillantes sin apenas elementos escenográficos o de atrezzo, simplemente con un gran trabajo actoral, con sus dotes musicales y su preparación para hacer las acrobacias más inverosímiles. Tres personajes muy bien construidos, tres seres que organizan el propio caos que causan y que conectan de inmediato con los espectadores y les hacen participar de una de las obras más ricas, lúcidas, divertidas y artísticamente más logradas que hemos visto últimamente.

Antes vimos otras acciones, como la de la compañía catalana Fadunito, con sus personajes gigantes, siempre niños, esta vez colocados en una escuela. Tienen su estética definida y se mueven siempre en los mismos esquemas, aunque en esta ocasión el aparato escenográfico tiene más entidad. Algo que los define, pero los constriñe.

Una de las más sorprendentes y atractivas propuestas de este año es un caballo robótico, un personaje extraño, un ser que atraviesa las calles de Tàrrega causando sensación, provocando admiración e inquietud. Maravilla a niños, jóvenes o adultos, cautiva, engancha, deja a al gente con la boca abierta. Es «Paka, The Uncredible» y su espectáculo «Flogging a dead horse». Fantástico.

Iñaki Mata, con su celebrado trabajo «Barreras», se encontró con otras personas con discapacidades físicas y en sillas de ruedas, como su personaje, y establecieron una relación entra- ñable y directa, e incluso hicieron carreras. Esta acción de Taun Taun se está convirtiendo en una de las citas obligadas en todos los eventos estatales durante este año. Se lo merece.

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