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CRíTICA | getxo folk

Toumani Diabaté convirtió el escenario en un aula de cultura mandinga

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Pedro ELÍAS IGARTUA

Varios miles de personas siguieron en directo el viernes uno de los más vibrantes espectáculos musicales de la escena mundial. Toumani Diabaté, el rey de la kora, un complejo y antiquísimo cordófono de los mandingas, híbrido de arpa y laúd, forjó en 1990 un viejo sueño de unidad musical, con una orquesta, que en Getxo llegó a los once componentes, en la que los ejes sincrónico y diacrónico se confunden, igual que Toumani puede doblarse con el ngoni, hacer blues con Taj Mahal o colaborar en la vanguardia con Bjork en su último trabajo.

El padre de Toumani, Sidiki Diabaté, cantó la presentación. Toumani es la generación 71 de intérpretes de kora en su linaje, pero fue un rebelde autodidacta, y, quizá, por eso ha innovado tanto. La kora, como nos mostró didácticamente, tiene 21 cuerdas y sólo actúan cuatro dedos. El pulgar izquierdo hace ritmo, el derecho la melodía y los dos índices improvisan. Toda una orquesta a partir de un hermoso artilugio hecho con una calabaza, cuero de vaca y pita.

Desde hace diecisiete años, el Hogon, un espacio abierto de Bamako, capital de Mali, ha sido cada viernes el hogar de estos músicos. Allí acudían trovadores de casta desde Burkina Faso, Mauritania, Gambia y Senegal, las dos Guineas y Costa de Marfil. Varios de ellos arropaban en Getxo a Toumani para crear un ambiente de sesión, de improvisación, de reunión de amigos, a la que nos invitaban, para divertirnos y, quizá, enseñarnos algo. Al terminar se saludaban ritualmente después de cumplir con generosidad con su deber.

Como Toumani Diabaté contaba en el concierto, «hace cientos de años, antes de la colonización europea, hubo un gran imperio mandinga en África Occidental. Aunque nosotros venimos de distintas naciones, compartimos una cultura». «Dame un fa», pidió al balafón (xilófono). Repitió la pregunta al ngoni (guitarra africana). Al bajista. A todos nosotros. Esa nota, esa frecuencia de 349,23 hertzios nos une al fin a todos.

A Toumani lo vimos en Gasteiz en los años que creó la Symmetric, en el Elefante Blanco, con los hermanos Carmona en la época de «Shongai». «Eres un monstruo, Toumani», le dijo el flamenco. Toda aquella magia la revivimos anoche cuando volvió a interpretar «Djarabi». También con «Toumani», el canto que abre el reciente disco de la Symmetric, jazz africano anterior al jazz, pero también posterior a él, y con «Ya fama» con la garganta histórica de Kasse Mady Diabaté, y el «Boulevard de l'independence», que es central en el repertorio de Mali, e incluso el desafío de «África Challenger», con latidos montunos de Cuba en ese eterno retorno a África que es el origen de casi todo.

Ficha

Artista: Toumani Diabaté & Orchestra Symetric.

Lugar y fecha: Getxo Folk, Estación de Areeta. 08.09.08.

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