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Victoria en Balaídos

El premio a los méritos azulgranas llegó a la tercera La puntería animó el amistoso ante el Toulouse

Un gol del debutante David Zurutuza en la recta final del partido permitió al Eibar sumar su primera victoria de la temporada. Un justo premio a la imagen que venían mostrando los de Mandiola. Rojillos y franceses empataron a tres en un amistoso que se avivó en la segunda parte, cuando se anotaron los seis goles

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CELTA 0

EIBAR 1

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Se cumplió el tópico y a la tercera llegó la vencida. El Eibar sumó su primera victoria de la temporada, gracias a un gol de David Zurutuza en la recta final del partido, que premiaba no sólo el juego del equipo en Balaídos, sino también en las dos jornadas previas.

La confianza reflejada en las declaraciones de Javier Mandiola antes de partir a Vigo -las del ya famoso «veo difícil que el Celta nos gane», que más de uno se tomó a fanfarronada- tienen ahora una base más tangible. Y especialmente importante, teniendo en cuenta el calendario que se le viene encima al Eibar, con dos equipos imparables -Nástic y, sobre todo, Málaga- o la posibilidad, afortunadamente desechada, que tenían los armeros de acabar la jornada incluso en puestos de descenso.

Tres puntos bienvenidos por todos y, como reconocía Javi Pérez a la conclusión del partido, especialmente por los numerosos debutantes en la categoría, más proclives a las dudas cuando las cosas no marchan bien. El secretario técnico azulgrana, por cierto, protagonizó una de las anécdotas de la tarde, al quedarse encerrado en el ascensor del hotel donde se alojaba la expedición eibarresa, junto a David Zurutuza y Asier Goiria, lo que les obligó a tomar un taxi y llegar al campo media hora más tarde que el resto del equipo.

Llegaron a tiempo. Por fortuna, porque fue precisamente uno de sus compañeros de susto el que se encargó de anotar el gol de la victoria. Claro que una vez en Balaídos también tuvo que esperar porque las pruebas que había realizado Javier Mandiola durante la semana no tuvieron reflejo en el campo. El técnico repitió el mismo once que se enfrentó una semana antes a la Real.

También jugó al despiste Hristo Stoichkov, al sacar a última hora de la convocatoria -y de un once titular en el que se le daba por seguro- a uno de los mejores jugadores de su equipo, Fabián Canobbio, cuya rotura fibrilar se había ocultado hasta la misma jornada de ayer.

Ocasiones

Poco tuvo que ver, sin embargo, la ausencia del uruguayo en la derrota de los gallegos, más fundamentada en una defensa adicta a los despistes, una presión que crece a cada jornada que pasada y una puntería que no siempre acompaña, pese a la calidad de sus jugadores.

Y en el rival, claro, porque el Eibar volvió a disputar un buen partido. Es decir, concentración y trabajo para frenar al rival y, además unas buenas dosis de chispa para hacerle daño.

Armas con las que los azulgranas, como ya sucediera en las dos jornadas anteriores, volvieron a ser superiores en el primer tiempo. Por parte celtiña sólo Quincy y, en ocasiones Núñez, parecía capaz de aunar intención resultado, pero se encontró siempre, o casi siempre, con una defensa contundente. Todo lo contrario sucedía al otro lado del campo, donde cada vez que Codina, Del Olmo, un cada vez más asentado Yagüe, o incluso Altuna y Txiki, cogían el balón, temblaban las piernas de la zaga.

El Eibar tuvo, de hecho, ocasiones suficientes como para haberse ido al descanso con ventaja. Un potente disparo de Altuna que acabó en córner, un par de acciones muy bien llevadas por Del Olmo y Yagüe, un buen balón de Raúl García para el catalán, unas cuantas faltas y córners... Y, sobre todo, una bonita jugada en la frontal de Lluis Codina, que buscó la escuadra para encontrarse con la palomita de Pinto.

La afición viguesa, de hecho, recurrió en más de una ocasión a los pitos ante un equipo que sufría mucho en defensa y apenas inquietaba en ataque. Sólo un contraataque de Manchev que, afortunadamente, no vio a Núñez, solo en el área, pudo desequilibrar el marcador del lado celeste en el primer tiempo.

Las cosas cambiaron, como viene siendo costumbre, tras el descanso. Se notaron la entrada de Vitolo y la previsible bronca en el vestuario por un lado, y el cansancio que empezaba a asomar por el otro. Pero las semanas de trabajo se van notando y tras unos primeros minutos tontos en los que Manchev rozó el gol, el Eibar se rehizo y volvió a emplearse a fondo para, como mínimo, proteger su punto.

Los cambios

Y así parecía que iba a morir el partido, con un Celta lanzado a la desesperada, topándose una y otra vez con el muro azulgrana. Hasta que una decisión de Javier Mandiola cambió el guión.

O tres, para ser exactos. Porque si el técnico lamentaba la semana pasada la escasa aportación de los cambios, esta vez no pudieron estar más acertados. Nico Medina, David Zurutuza y Xabi Eizagirre saltaron a refrescar el ataque azulgrana mediado el segundo tiempo.

Y vaya si lo hicieron porque los tres -antes ya había avisado el delantero chileno, al aprovechar un error de la zaga local- fabricaron la jugada del tanto de la victoria. Eizagirre combinó, Medina centró y Zurutuza, entrando desde atrás, remató. Inmejorable debut, sin duda, para los dos últimos.

Quedaban diez minutos, pero ahí se acabó el partido porque el jarro de agua fría heló las ideas de un Celta que se lanzó a por el empate a la desesperada pero incapaz de hacer daño a un Eibar que no quería volver a sufrir el disgusto de A Malata. Los armeros se emplearon a fondo y esta vez sí consiguieron proteger su tesoro.

Manix: «Ahora tampoco vamos a sacar pecho»

Como no podía ser de otra manera, un satisfechísimo Javier Mandiola tuvo que explicar en la sala de prensa de Balaídos sus declaraciones previas al partido.

«Dije que estamos preparados para pelear en cualquier campo -recordó- y que veía al equipo tan bien que el Celta, o cualquier equipo, lo iba a tener difícil para ganarnos. Y sigo insistiendo en que no vamos a ser presa fácil para nadie, pero ahora tampoco vamos a sacar pecho. La semana que viene volveremos que tener a pelear muchísimo para intentar hacer un buen resultado. Como nos bajemos del caballo de la humildad, mal andamos», subrayó.

El técnico azulgrana, por otra parte, reconoció que la victoria supone «la confirmación de que estábamos bien y de que la línea que llevamos es buena. Además, cada tres puntos que suma el Eibar suponen un paso gigante hacia la salvación. En Ferrol se nos escapó, la semana pasada tampoco sumamos... Ahora ya tenemos cuatro puntos y eso te permite estar más tranquilo, aunque si la semana que viene pierdes, te vuelves a meter en el barro. Pero como la semana pasada nos tocó sufrir, esta nos toca disfrutar», se felicitó.

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