Jasone MITXELTORENA

Es una tarde a finales de agosto cuando llegamos a Irlatxoa, y varios jóvenes se afanan en distintas tareas. Algunos tratan de volver a colocar la pancarta que anuncia la ubicación de este espacio habilitado en auzolan. Estibaliz Soto, una joven de Atarrabia que trabaja en el proyecto, nos explica que tenían pensado hacer un mural pero el mal tiempo les ha obligado a desplazar la actividad. Esa semana era el turno de la sexualidad: cada siete días se centran en un ámbito diferente que afecte a los jóvenes. Además del taller, organizan charlas, talleres y sesión de cine sobre el tema.

Bajamos las escaleras para acceder a Irlatxoa, y según vamos llegando, Soto explica que el sendero por donde caminamos se hallaba cubierto por zarzas y ladrillos, ya que muchos acostumbraban a verter desechos desde los porches de arriba. Cuando hace dos años la Gazte Asanblada decidió habilitar ese espacio que en verano queda expuesto al retirarse el Arga, tuvieron que limpiar ese sendero para acceder a Irlatxoa. Entonces fueron expulsados de allí, pero este año han vuelto para continuar con el proyecto de habilitar un lugar que permita llevar a cabo diversas actividades organizadas mediante la autogestión.

Llegamos al espacio abierto, tan limpio que cuesta imaginar que la antigua fábrica Onena lo utilizara como vertedero. Según explica Soto, en el terreno sobre el que pretenden levantar un merendero existen varios metros de profundidad llenos de escombro, ahora cubiertos con tierra, y antes de que entraran los jóvenes se encontraba oculto por los zarzales. Ese lugar se muestra hoy en día limpio y colorido: En el muro de enfrente se proyecta un mural y ya trabajan en la realización de más pinturas, ya que cada semana se llena con un nuevo tema.

Acercándonos unos metros al río, observamos un tablado que sirve de escenario a espectáculos a los conciertos que se organizan los jueves, en los que actúan grupos de Atarrabia e Iruñerria en general. Varios chavales se afanan en limpiar y reforzar el escenario, ya que al día siguiente es su actuación, y tal y como cuenta Soto, se hallan tan nerviosos como ilusionados y quieren que el espacio esté en buenas condiciones. Los conciertos acaban para las 22.00, tal y como prometieron en un buzoneo para informar sobre su actuación; no quieren molestar a ningún vecino.

Otro de los proyectos que abarca Irlatxoa es la huerta. A primera vista se aprecia el cuidado y el mimo con los que la han preparado. Ha causado expectación entre los mayores de Atarrabia, y muchos de ellos controlan desde los porches la buena marcha de la misma. Los jóvenes labradores reciben consejos por su parte, e incluso alguno depositó al lado de la huerta una red que sirve para aislar la parcela de los ataques de los animales. Un benefactor anónimo que sin duda demuestra que los vecinos de Atarrabia ven con buenos ojos este proyecto que ha habilitado una zona a las orillas del Arga completamente abandonada y utiliza- da como escombrera.

La visita del alcalde

Soto matiza que no siempre es así. Recibieron la visita del alcalde dando a conocer que algun vecino había denunciado que los jóvenes causaban daños en los árboles de la zona. El mismo alcalde pudo comprobar que no había nada más lejos de la realidad; al habilitar la zona, los jóvenes han demostrado una gran conciencia de respeto al medio ambiente, y muchos chavales han adquirido esa conciencia precisamente cuando han tenido que trabajar limpiando Irlatxoa. También quieren construir un embarcadero, que exis- tía hace unos años y desapareció, y proyectan habilitar unas escaleras que permitan un mejor acceso a la zona; por ejemplo, para que los padres y las madres puedan acudir con las silletas de los niños a las sesiones infantiles que tienen previstas realizar. También se está llevando a cabo un torneo de futbito al que se han sumado 18 equipos

Esta semana han tratado el tema de la igualdad. La han plasmado en un mural, ha habido una sesión de cine, se han impartido talleres sobre roles de género y se ha hablado de coeducación en una charla.