vuelta | 9ª etapa
Menchov no encuentra rivales a la medida de su fortaleza y ya es líder
El ruso del Rabobank no disputó a la etapa a Piepoli en Cerler y distanció a sus rivales. Ahora es primero con 2.01 sobre Efimkin, Evans está a 2.27, Sastre a 3.02 y Samuel Sánchez sube hasta la séptima plaza, a 4.42. El anterior líder Devolder cedió pronto y llegó a 4.58
GARA | HUESCA
Leonardo Piepoli, el ultraligero del Saunier Duval, conquistó la cima de Cerler en la primera etapa pirenaica de la Vuelta, que cruzó junto al ruso Denis Menchov (Rabobank), quien dio un golpe de autoridad al enfundarse el maillot oro y erigirse como indiscutible candidato número uno para repetir victoria final.
Segundo aviso de Menchov, afincado desde años en Iruñea, y con pinta de ser definitivo. En la cima aragonesa fue el protagonista, y, aunque regaló la victoria a Piepoli, salió reforzado al aventajar en 16 segundos a Sastre, que fue cuarto, en más de un minuto a Evans y Samuel, y en más de cinco minutos a Devolder. Pereiro, por su parte, abandonó con gastroenteritis.
Hubo pacto de caballeros. Piepoli y Menchov escaparon juntos a 5 kilómetros de meta, compartieron el esfuerzo y poco a poco fueron destrozando el grupo de perseguidores.
El italiano vivió la emoción de alzar los brazos a los 35 años para dedicar este premio a su hijo, que nacerá dentro de unas semanas. Piepoli ya ganó dos veces en Cerler en la Vuelta a Aragón (2002 y 2003).
Por detrás llegaban a 17 segundos el sorprendente Mosquera (Karpin) y Sastre, el único de los elegidos que al menos salvó el barco sin hundirse. Samuel, Efimkin y Evans se dejaron 1.03
Menchov salió muy reforzado. Sus rivales admiten que es el más poderoso. En la general ya tiene a Efimkin a 2.01, a Evans a 2.27 y a Sastre, que ganó tres puestos, a 3.02, mientras que Samuel se sitúa séptimo a 4.42, y Antón es el mejor vasco, 14º a 7.51. No son diferencias abismales, pero visto el rendimiento del ruso y los demás está claro que es el gran favorito.
Gómez Marchante se incrustó en una escapada de 12 corredores que se formó en el kilómetro 27. Una fuga que nunca pasó de los 2.30 minutos, y que contó con tres corredores vascos, Txente y David López (Caisse) y Antón (Euskaltel). La expedición se abrió pasó por los puertos de Monrepós, Serralbo y La Foradada, en pleno corazón del Pirineo oscense, entre curvas y desfiladeros que invitaban a observar el paisaje.
El protagonismo de los 12 escapados finalizó a pie de puerto, a 14 kilómetros de la cima, cuando la carretera exige algo más que presencia.
El CSC tensó la cadena con Cuesta y seleccionó el grupo. Todos aguantaron, menos Devolder, que no dio la talla. Después de unos kilómetros de estudio llegó la jugada del jaque definitivo. Atacó Piepoli y Menchov fue el único que aguantó al escalador del Saunier.
La jornada reina de la Vuelta llega en la décima jornada con el recorrido más largo, 214 kilómetros, entre Benasque y Vallnord, en Andorra. La etapa ofrece un perfil muy exigente con el Coll de Fadas (2ª), el Puerto de la Cruz de Perves (2ª), el Cantó (1ª) y el final en alto andorrano, techo de la Vuelta, a 2.200 metros de altitud.
Menchov aseguró que la carrera está en una situación «buena» pero «falta mucho» para poder pensar en la victoria final. «Hasta el momento mi rendimiento está siendo bueno y la situación es buena, pero no quiero decir que soy el más fuerte porque todavía falta mucho», dijo.
Aseguró que el trabajo del Rabobank no estaba «centrado en conseguir el liderato», sino que querían saber cómo se encontraba Devolder. «Tenía en la cabeza que Devolder está en buenas condiciones pero no sabíamos cómo iba responder», comentó. Su objetivo ahora es «ser lo más regular posible», pero también puede tener un mal día porque «somos humanos y cualquiera puede tenerlo». GARA