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El confuso tablero parlamentario navarro hace que patxi tuñón pueda acabar siendo el senador de todos

Patxi Tuñón será elegido el jueves senador autonómico por Nafarroa. Y, pese a la intensa pugna por el Gobierno de los últimos meses, es posible que terminen apoyándole todos los grupos. El proceso que ha llevado a su elección muestra el temor de UPN a quedarse solo... aunque para ello deba apostar por una figura cercana a IUN y NaBai, y que le puso contra las cuerdas cuando presidió la Cámara de Comptos.

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Ramón SOLA

Los grupos parlamentarios navarros, tras el fracasado intento de elaborar un gobierno alternativo, se encuentran en una encrucijada. Salvo IUN, que sostiene que existe un pacto de legislatura entre UPN-PSN al que es imposible dar la vuelta, nadie pone la mano en el fuego sobre cuál será la línea de actuación de los partidos de Miguel Sanz o Carlos Chivite. Y estas dudas y vacilaciones han tenido un efecto muy curioso: UPN, CDN, PSN e IUN han terminado por confluir en torno a la candidatura para senador autonómico de Patxi Tuñón, que para más inri ha tenido una cierta colaboración programática con Nafarroa Bai, el único grupo que aún no ha decidido si finalmente lo avalará.

No se trata de una «tregua» tras las tensiones de los últimos meses, sino más bien de la constatación de la complejidad del mapa de alianzas en Nafarroa. Y sobre todo, apunta al temor de UPN a quedarse solo frente a una eventual mayoría de oposición... o bien a lo contrario, a pasarse de largo en el cambio de cromos con el PSN (ya se han apoyado mutuamente en el Ayuntamiento de Iruñea, el Gobierno de Nafarroa y la Presiden- cia del Parlamento, y lo harán también seguramente en la Mancomunidad de Iruñerria).

Aunque el hecho haya pasado desapercibido, hace algo más de una década los informes de la Cámara de Comptos sobre las actuaciones urbanísticas del Ayuntamiento de Iruñea de Alfredo Jaime acentuaron la crisis interna en el seno de UPN, hasta desembocar en la escisión de CDN. Patxi Tuñón, presidente del órgano fiscalizador entre 1992 y 1997, tuvo un papel determinante en el esclarecimiento también del «caso Urralburu», ya que aquellos trabajos confirmaron las irregularidades en los procesos de adjudicación de obras públicas. Pero ni el PSN ni UPN han declinado ahora convertirlo en su candidato. Especialmente llamativo es el caso de este último partido, toda vez que parece imposible que el PP pueda contar en el Senado con el voto de Tuñón, cuya trayectoria ha estado siempre más cercana a formaciones como IUN o PNV y que se define ineludiblemente como «progresista».

Tuñón admite que se sorprendió cuando recibió la llamada de Miguel Sanz para indicarle que le postularían. Luego lo hizo Juan Cruz Alli. Y también, con bastante más coherencia ideológica, PSN e IUN. Con ello, UPN pierde un voto en el Senado, pero gana algunas otras cosas: cortocircuita la imagen de apoyo a otro candidato del PSN, tapona de nuevo la opción de que NaBai se haga con el cargo y refuerza la imagen de aperturismo.

El dilema de NaBai

El maquiavélico juego de UPN y PSN convierte en perdedores, curiosamente, a los dos grupos aparentemente más próximos a Tuñón. IUN había soñado con poder presentarlo como un senador independiente pero logrado por su coalición; una gran noticia teniendo en cuenta que la formación de Gaspar Llamazares no dispone de un solo representante en la Cámara Alta española pese a su intensa implantación territorial. Y NaBai, por su parte, ve frustrada de nuevo la posibilidad de conformar una entente con PSN e IUN que se materializara en el acuerdo en torno a un candidato alternativo al de UPN, una opción por la que ya habían apostado incluso los críticos del PSN agrupados en el Foro para el Relanzamiento del Socialismo Navarro.

NaBai ha presentado otro candidato, el miembro de Aralar José María Blanzako, pero no descarta apoyar finalmente a Tuñón. Su problema es que eso supondría sumarse a un magma de siglas desconcertante.

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