Asafa Powell estableció ayer un nuevo récord mundial de 100 metros. El jamaicano, de 24 años, mejoró en tres centésimas su plusmarca, esos 9.77 que llegó a repetir en tres ocasiones, para dejarla en 9.74 con un viento a favor de 1,7 m/s. Todo legal en el estadio Raul Guidobaldi.

Cuando en la memoria de los aficionados todavía permanece fresca la imagen de un Powell incapaz de aguantar la presión, tras el fiasco de los Mundiales de Osaka, el sprinter de Saint Catherine volvió al primer plano de la velocidad en Rieti y resurgió en la semifinal.

Powell se achica en los grandes campeonatos y se crece en los mítines. Sin rivales que le apretaran, por la calle 5 realizó una de sus espectaculares salidas, con un tiempo de reacción de 0.137, y abrió un mundo ante sus seis compañeros de carrera -el segundo, el noruego Saidy Ndure Jaysuma llegó en 10.07 y el antiguo campeón mundial en el Mundial de París'2003, el también caribeño Kim Collins, en 10.14-. Una hora más tarde también ganó la final con unos estupendos 9.78. Sobre el tartán de la pequeña ciudad italiana, lejos de los focos del recinto japonés y de aquella pista milagro que no resultó tan agradecida, Powell cumplió las previsiones que apuntó el mes pasado.

Durante la reunión de Estocolmo, el plusmarquista adelantó su intención de batir su récord. Ambicioso, estimó que el nuevo registro podría rondar «los 9.74, ó los 9.73, incluso por debajo de 9.70». Ahora ha cumplido su segundo plan, después de fracasar en el primero, el de convertirse en campeón mundial para empezar a labrarse un palmarés acorde con sus magníficas marcas. Y es que el hombre más rápido del planeta sólo posee un bronce, y reciente, en su prueba fetiche.

Dos semanas después de la derrota en el duelo más esperado del Mundial donde perdió no sólo ante el estadounidense Tyson Gay, sino también frente a su pariente bahameño Derrick Atkins, el jamaicano ha defendido con éxito su mejor tesoro. Nunca hay que dar por perdido a alguien que ha sufrido decepciones deportivas de la magnitud de Powell. A veces la respuesta suele ser contundente.

Descalificado en París'2003 y ausente por lesión en Helsinki'2005, con un quinto puesto en los Juegos Olímpicos de Atenas y un nuevo disgusto en Osaka'2007, Powell decidió rechazar la invitación del Gran Premio de Zúrich, la gran cita del atletismo, que se celebró el viernes. Sus pretensiones financieras, 100.000 dólares, no fueron aceptadas por los organizadores. Su respuesta la dio en Rieti.

De esta forma, una vez homologada la marca por la IAAF volverá a reinar en solitario tras compartir por un tiempo el primer lugar del ránking con Justin Gatlin, sancionado por dopaje.