la izquierda abertzale ante el nuevo curso polÍtico
«Tenemos alternativa para evitar el nuevo fraude que intentan PNV,PSOE y NaBai»
Iñaki IRIONDO
Joseba Permach observa que el momento político actual «está marcado por el fin del proceso negociador», que «algunos han intentado aprovechar para llevar a la izquierda abertzale a una mera reforma del marco en el Estado español sin hincar el diente a los derechos nacionales de Euskal Herria, a su articulación territorial y al derecho de este pueblo a decidir su futuro. Y la izquierda abertzale ha dicho no a repetir un fraude como el que se llevó a cabo hace treinta años. En los próximos meses esas fuerzas intentarán llegar a un acuerdo político de reforma del Estatuto y el Amejoramiento navarro».
¿Qué puede hacer la izquierda abertzale para evitar ese pacto que considera un fraude?
Después de que hace treinta años se intentaran encerrar en la jaula de la Constitución española los derechos nacionales de este pueblo, a este país y la izquierda abertzale les ha costado sudor y lágrimas abrir este debate sobre el marco y demostrar a la mayoría de los agentes políticos que es necesario un cambio. Por ello, no podemos permitir que se malogren las posibilidades reales de cambio de marco que hay en este momento, con un pacto de reformas estatutarias que no permitiría a este pueblo decidir libremente su futuro y que seguiría perpetuando la partición territorial. Pero hay alternativa. Hemos puesto sobre la mesa una propuesta para un marco democrático, en base a la autonomía con derecho a decidir y en el que todos los proyectos políticos puedan ser defendibles, incluido el nuestro, el independentista. Es decir, la izquierda abertzale va a hacer frente a esa operación política que pretenden poner en marcha el PSOE y el PNV con la colaboración de Nafarroa Bai, y a la vez vamos a llevar a cabo iniciativas para ser cada vez más los que reivindiquemos un marco democrático.
¿Con qué fuerzas esperan contar para contrarrestar una operación en la que sitúan a PNV, PSOE y desde Nafarroa Bai también a EA y Aralar?
La izquierda abertzale ha demostrado en estos últimos años contar con un importante respaldo social. Y, además, hay una mayoría social que está demandando un cambio de marco, más allá de partidos o de la importancia que éstos tengan. Así puede entenderse alguna dimisión de esta semana o la aprobación de una ponencia política que pretende crear una cortina de humo sobre la operación de reforma estatutaria que se está fraguando.
En la fase de intercambio de golpes en la que nos encontramos, la izquierda abertzale puede tener dificultades para que se escuchen sus propuestas políticas de futuro...
La multiplicación de los ataques contra la izquierda abertzale pretenden encerrarle en un ciclo de respuesta antirrepresiva y condicionar nuestra actividad política. El Estado español ya debiera saber a estas alturas que no va a poder acabar policial ni represivamente con la izquierda abertzale y cada agresión tendrá la respuesta de la movilización popular. Pero, por encima de eso, vamos a tomar iniciativas para articular en este país una gran mayoría que apueste por un nuevo marco con derecho de autodeterminación.
¿Qué ha quedado de positivo, de base para el futuro, del proceso negociador?
Pese a que el Gobierno español ha querido dar la imagen de que se trataba de un proceso técnico de desmilitarización, es más que evidente que ha habido una negociación política en la que han quedado claro cuáles son los puntos centrales que hay que abordar si se quiere lograr una solución democrática. El Gobierno español, con el apoyo del PNV, han decidido cerrar la puerta a esa solución, pero ese debate político está ahí.
¿Queda algún canal abierto?
Desgraciadamente, el proceso negociador está cerrado. Lo cerraron el PSOE y el PNV dando un portazo a cada una de las propuestas que puso encima de la mesa la izquierda abertzale. Obviamente, nosotros, en el intento de frenar esa gran operación de reforma del marco y para presentar una alternativa, seguiremos manteniendo las reuniones y contactos necesarios con los agentes políticos, sociales y sindicales.
El 1 de abril de 2006 hubo una enorme manifestación en Bilbo, pero en los meses siguientes dio la impresión de que ese polo que defendió unido una solución democrática no fue debidamente activado...
Quizá sea cierto que aquella activación social no tuvo el recorrido necesario. También hay que tener en cuenta que los mismos convocantes llamaron a una manifestación en Iruñea que fue prohibida alegando que Batasuna, una de las convocantes, es ilegal. El Estado español era consciente de que ese empuje social era necesario y por ello, incumpliendo los compromisos adquiridos, trató de coartar la actividad de las organizaciones de la izquierda abertzale.
¿Qué ha aprendido la izquierda abertzale de este proceso?
Que el día que el Gobierno español y las fuerzas políticas vascas tengamos que volver a sentarnos en torno a una mesa de negociación tendremos que hacerlo habiendo creado las condi- ciones sociales y políticas objetivas para que se dé verdadermente un cambio hacia un marco democrático. E igual nos centramos mucho en planteamientos a corto plazo y no fuimos capaces de plantear una dimensión más a largo plazo, entendiendo que ese proceso negociador y la necesidad de un marco democrático en este país es una fase de transición hacia la puesta en marcha de nuestro proyecto político.
¿Cuáles son los objetivos que se plantea la izquierda abertzale para este curso político?
Por un lado, además de hacer frente al día a día, nosotros tenemos un proyecto político, que es la independencia. En estos momentos se está dando un debate en Escocia, en Catalunya... y tenemos que dar pasos en esa dirección. Además, como formación política de izquierda, socialista, tenemos que demostrar que esa Euskal Herria del futuro se puede construir desde hoy. Para poder desarrollar nuestro proyecto político en plenitud es necesario un escenario democrático, y para ello tenemos una propuesta política, que no es nuestro proyecto sino una propuesta de transición que permite la igualdad. Esa es ahora nuestra línea fundamental de trabajo. Y, a la vez, tenemos que paralizar esa gran operación que pretende repetir el fraude de hace 30 años. Tampoco puede olvidarse que el Estado tratará de condicionar nuestra actividad con la represión y habrá que hacer frente a esa realidad.
La izquierda abertzale tiene en estos momentos encarcelado a su principal interlocutor...
No es casualidad que al final de un proceso negociador, la misma persona que semanas antes ha estado compartiendo mesa con representantes del PSOE sea encarcelada. Arnaldo Otegi tiene una gran credibilidad y podía contar en primera persona lo que había ocurrido en ese proceso. Por cierto, el encarcelamiento se produjo ante el silencio cómplice y vergonzoso de la mayoría política e incluso de quienes habían compartido mesa de negociación
Hay quien dice que tampoco Batasuna gritó mucho...
Se pueden decir muchas cosas, pero lo cierto es que respondió en el momento, hemos puesto en marcha una dinámica de peticiones de su puesta en libertad, nos hemos dirigido a numerosas organizaciones y estamos organizando que diversas delegaciones visiten a Otegi y den cuenta de su situación.
¿Qué hueco ocupan en la agenda de la izquierda abertzale las próximas elecciones a Cortes españolas y sus resultados?
Más que especular con qué puede ocurrir si en la Moncloa hay uno u otro inquilino, lo que vemos es que el Estado está inmerso en un proceso de reforma de estatutos y que el Gobierno del PSOE con PNV y Nafarroa Bai va a intentar una operación de ese tipo para cerrar en falso el conflicto. Y en ese contexto habrá quien tratará de aprovechar las elecciones para tratar de engordar y aparecer como representante de Nafarroa o de Euskal Herria de cara a Madrid. Esas elecciones se producirán, por tanto, en un momento político importante.
¿Les da igual que gane Zapatero o Rajoy?
No vamos a entrar en valoraciones personales sobre Zapatero y Rajoy. Lo que queremos es que haya definitivamente un Gobierno en el Estado español que reconozca que este país tiene derecho a decidir libremente su futuro, superando lo que se nos impuso hace treinta años. Mientras el PP estuvo gobernando mantuvo una posición de negación absoluta de los derechos de Euskal Herria y Zapatero ha desperdiciado la mejor oportunidad que haya tenido nunca un presidente español para resolver el conflicto.
¿Y le da lo mismo que sea Imaz, Egibar o Urkullu quien dirija el PNV?
Primero voy a aclarar que no es que nos de igual que gobierne el PSOE o el PP, lo que decimos es que ambos han negado hasta la fecha los derechos de Euskal Herria, eso no quiere decir que tengan políticas iguales o los mismos intereses. Por lo que respecta al PNV, es evidente que Imaz o Egibar pueden tener posiciones políticas diferentes, pero no hay más que leer la ponencia política para ver que independientemente de que el envoltorio sea más rojo y amarillo o más rojo, blanco y verde, el caramelo de dentro es el intento de cerrar con el PSOE y Nafarroa Bai un pacto de reformas estatutarias después de las próximas elecciones o quizá después de las autonómicas.
¿Cómo encaja en ese análisis la consulta que propone Juan José Ibarretxe?
Se verá que la consulta no es más que una cortina de humo. Hay que recordar que estos debates se abren cuando se aproximan elecciones, con ello pretenden tapar la actuación política diaria de seguir negando los derechos de este pueblo y de colaborar con la actuación represiva. Se comprometió una consulta en esta legislatura. Eso no va a ocurrir y habrá quien nos intente convencer de que será en la próxima. Probablemente estén pensando en una consulta que será la de ratificación de una reforma estatutaria para tres provincias que intentarán acordar con el PSOE.