En los prolegómenos de la 55 edición del Zinemaldia, que se inaugura el próximo jueves, Mikel Olaziregi aseguró, en una entrevista concedida a Efe, que la competencia con los certámenes de grandes presupuestos no depende de las fechas. Recordó, además, que de cualquier forma se produciría una cercanía a otros festivales, dado que «su proliferación se da por igual en todos los periodos del año».

Las dudas sobre el encaje del Zinemaldia en septiembre han sido una cuestión recurrente por parte del público y los medios debido a su vecindad con Venecia, acrecentadas a medida que se ha reforzado el prestigio de Toronto y recobradas hace un año tras sumarse Roma a u-na aventura que repetirá en octubre. Olaziregi las despeja con otro argumento: «Nosotros no íbamos a quitar una película a Cannes porque celebráramos el Festival antes, ni a Venecia porque lo hiciéramos en agosto».

El certamen donostiarra asume que es el pequeño entre los grandes y que sigue habiendo formas de destacar, por ejemplo, eligiendo de los títulos que se proyectan en la sesión principal de Toronto sólo las producciones de Canadá, con lo que tras la «prémier mundial» en aquel país Donostia se asegura el «estreno internacional» del filme, «que no ha visto el 99 por ciento de la prensa» que acudirá al Zinemaldia. Ocurrirá este año con «Eastern promises», de David Cronenberg, que inaugurará el Festival y disputará la Concha de Oro de una Sección Oficial que ha dado cabida a todo tipo de géneros y estilos y que presentará fuera de concurso «The inner life of Martin Frost», la última cinta del que será presidente del jurado, el escritor Paul Auster. Se podrá ver asimismo «A thousand years of good prayers», de Wayne Wang, que tiene en su haber aplaudidas colaboraciones con Auster, como «Smoke», y cuya presencia a concurso en la Sección Oficial no cree Olaziregi que levante suspicacias por su relación con el autor de «El Palacio de la Luna».

Dificultades y principios

Afirmó que es muy difícil encontrar una película que «no tenga nada que ver» con algún miembro del jurado y destacó además la «profesionalidad» de las personas que deciden el palmarés, que son por cierto de los primeros en llegar a Donostia.

También lo harán Richard Gere y Liv Ullmann, los Premios Donostia de este año, Demi Moore, Samuel L. Jackson, Bárbara Hershey y Alyssa Milano, quizá John Leguizamo, ya seguro que no Susan Sarandon y sí con toda probabilidad Lou Reed para presentar junto a Julian Schnabel «Berlín», fuera de concurso en la Sección Zabaltegi.

Ese apartado, que proyecta filmes galardonados en otros certámenes, exhibirá también filmes notables que han quedado ocultos por el «efecto apisonadora» de los grandes festivales, un «equilibrio» que la organización del Zinemaldia también busca con sus retrospectivas, donde trata de combinar el cine comercial de calidad con propuestas menos convencionales. Patente queda este año en la elección de los directores Henry King y Phillipe Garrell. Si al estadounidense le hicieron famoso sus numerosos filmes para la Fox, al francés sólo le conocen en el Estado español los asiduos de las filmotecas.

«Queremos que haya una película para cada espectador. Es una cierta declaración de principios», destacó Olaziregi. También lo es no superar la veintena de títulos a concurso en la Sección Oficial para garantizar que todos ellos sean vistos por la crítica y la prensa. Este año serán 16, entre ellas «Mataharis», de Iciar Bollain, y «Siete mesas de billar francés», de Gracia Querejeta, las «más adecuadas» para el certamen, según su director, «entre las más de 30 españolas vistas por el comité de selección». «Caótica Ana», del donostiarra Julio Médem, no entró en el paquete, pues el productor expresó su «voluntad» de estrenala antes del Zinemaldia.

En total más de 72 títulos nuevo serán proyectados en 10 días.