Tal y como ya hiciera en sus anteriores largometrajes -«Caminos Cruzados», «La Curva de la Felicidad» y «Western»-, el director Manuel Poirier optó por el catalán Sergi López para el papel protagonista de su último trabajo, «La Maison». Una cinta «con un recorrido vital y coherente con su trayectoria artística», explicó el actor, al referirse al trabajo del cineasta.

En la «La Maison» se encuentran dos historias: un hombre, Malo (Sergi López), a punto de divorciarse, y con tres hijos y la relación con su infancia; y un lugar, «la casa», que aporta recuerdos a los protagonistas de la película. A todo esto hay que sumarle «la relación con la existencia», añadió el director galo nacido en Perú.

Malo llega, por casualidad, a una casa abandonada y allí encuentra una carta que le conduce a Chloé (Bérénice Bejo), a su hermana, y a un viaje a la infancia de cada uno ellos.

Manuel Poirier destacó ayer que esta casa representa «el presente, el pasado y el futuro» de los protagonistas. «La casa es un elemento revelador en la historia. Simboliza tanto el pasado, como los recuerdos del presente y del futuro», explicó el realizador presente en Zinemaldia.

En un momento dado, la casa sale a subasta y es entonces cuando cada uno de los personajes toma su propio camino. De tal manera que, a partir de este punto, cada uno de los protagonistas, «al igual que ocurre en la vida real, que flaqueamos etapas», va evolucionando y «dando pasos más allá», aclaró el cineasta.

A tiempo real

En la cinta, los hechos ocurren en tiempo real, algo que ha interesado de forma especial al director galo en todas sus películas, aunque haga que muchos tachen sus filmes de lentos. Para él, sin embargo, «todo es demasiado rápido» en la realidad, por lo que opta por investigar las emociones a tiempo real.

«Esta noción de tiempo real es para mí muy importante. Muchas veces se confunde la acción con la agitación, mientras que lo importante es que las imágenes se vean y no sólo se miren», añadió.

El director destacó «la espontaneidad e inmediatez» del actor catalán Sergi López y quizá sea por esta misma razón por la que López ha protagonizado también los tres largometrajes anteriores del galo. A pesar de ser catalán, López es más conocido en el Estado francés, ya que se trasladó allí en 1990 para estudiar interpretación. En la actualidad, además, vive un dulce momento profesional tras el éxito alcanzado con «El laberinto del fauno», de Guillermo del Toro.

«Aunque Sergi y yo nos conocemos, cada película suena a etapa. Y en cada ocasión hay una dificultad añadida. No nos repetimos ni nos decepcionamos. No tenemos una relación de complacencia, sino que tenemos que ir más lejos con los nuevos trabajos», señaló Poirier.

Y es que el director considera la relación con los actores una cuestión de primer orden: «Si no tengo un mínimo de relación humana, no me vale. No me interesa contar historias con profesionales con los que no tengo feeling».

López, por su parte, bromeó con el tándem que forman y dijo que «somos como una pareja de hecho, eso sí, un poco desequilibrada».