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Maite SOROA

Preguntar molesta

Ni se me ocurriría decirlo a mí, pero se lo leo a Tonia Etxarri en «El Correo Español»: «Si la práctica totalidad de la ciudadanía hubiese rechazado la violencia de ETA, como dijo ayer la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, la banda terrorista no habría recibido el apoyo tácito y explícito de quienes han burlado tantas veces las normas para utilizar las instituciones democráticas en beneficio propio. Tampoco hubiesen encontrado tanta comprensión en los ambientes nacionalistas tradicionales ni se les habría dado un trato de interlocución como si de un partido democrático se tratase». Como lo han leído.

Según la columnista de Vocento, «así pasa que, a estas alturas, los comunicados de condena resbalan en el tejado de la banda, y de qué manera, porque mientras no se les vuelva a decir, desde el gobierno de turno, que deben perder toda esperanza de conseguir los trueques políticos que pretenden conseguir como premio por el fin de su macabra actividad, ETA seguirá creyendo que puede cambiar el curso de la historia a base de amenazas y de extensión del miedo entre la población». Hablar de «premios» parece poco serio en estos tiempos.

Y dice Etxarri que la Ertzaintza de Balza ya se ha puesto en plan serio y también la Gendarmería de Sarkozy pero que, al tiempo, «aquí nuestros políticos siguen dependiendo de ETA».

Dice más la comentarista sobre los políticos: «se hacen un lío con la agenda del que no se libra ni el mismo diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao. Reconoce que el acuerdo del gobierno tripartito contemplaba que la celebración de una consulta popular debería realizarse en ausencia de violencia pero se niega a que ETA marque la agenda. ¿En qué quedamos?». Pues en que a la gente hay que preguntarle y hacerle caso. Que la democracia viene a ser eso.

Pero tras la constatación de la realidad, llega la manipulación de la misma: «Este argumento ya lo ha activado debidamente Ibarretxe y sus socios de gobierno, ayudados por Aralar, y por ahí se empezó a abrir la brecha entre el dimitido Imaz y el empecinado lehendakari. Para el ex presidente del PNV no había duda. Con la tregua rota, le resulta fácil imaginar a ETA `matando en nombre de la defensa de una presunta voluntad popular no atendida'. Pasado mañana, el lehendakari volverá a hablarnos de la consulta. Dentro del Parlamento, la división en torno a esta iniciativa. Fuera, los de Batasuna (...)». Y alguno querrá molerlos a palos. Seguro.

 

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