Hemos tenido noticia por la prensa de su aceptación del modelo de Formación Profesional Continua que de la mano de CCOO, UGT y CEOE (Confebask) se impone desde Madrid. Así lo trasmitió el representante de esta Consejería en la última reunión de Hobetuz, y hace escasos días nos hemos dado por enterados, además, del ardor de su defensa por medio del artículo publicado en varios medios de comunicación por la directora de Aprendizaje Permanente Igone Azpiroz.

Como usted sabe de primera mano, lamentamos profundamente que, tras largos años de exigir a Madrid las cotizaciones que pagamos las y los trabajadores y empresas vascas en materia de formación profesional continua, de mantener la negativa a recibir fondos si estos están condicionados a promover un modelo de formación que no garantiza su calidad, no responda a las necesidades laborales y productivas, no respete los acuerdos adoptados y que posibilite la financiación directa e indirecta de las mencionadas organizaciones; sabiendo todo esto, usted ha claudicado en su posición.

Le consta, porque así se lo hemos hecho saber, cuál es nuestra posición al respecto. Reclamamos que la totalidad de los fondos correspondientes a las cotizaciones sean puestos a disposi- ción de un modelo de formación profesional continua que sea instrumento eficaz para la cualificación profesional y para el desarrollo de nuestro tejido produc- tivo, siendo por tanto destinados en su totalidad a lo que tienen que ser destinados: a la formación y el reciclaje de las trabajadoras y trabajadores vascos. Para esto se firmó el Acuerdo Interprofesional en el año 95, incluido el gobierno de la CAPV, y con este objetivo nació entonces Hobetuz.

Teníamos la impresión de haber coincidido en gran medida en el diagnóstico de situación, es decir; en que la inseguridad permanente de la financiación de Hobetuz, debido a razones políticas, torpedea el alcance del Acuerdo Interprofesional y Tripartito que dio origen a la Fundación, y que, por tanto, desde las decisiones adoptadas en Madrid, CCOO, UGT y Confebask, cuentan con plena capacidad para mediatizar y reducir el alcance del Acuerdo vasco. Asimismo, creíamos compartir opinión sobre que el modelo estatal de financiación de planes formativos se convierte en una fuente de ingresos para estas organizaciones.

No hemos coincidido en la denuncia de la incapacidad competencial en esta materia y la falta de voluntad política de su Gobierno para pasar de las palabras a los hechos, y todo ello ha llevado al Acuerdo tripartito, a Hobetuz y a la formación profesional continua vasca al estado crítico en el que se encuentra.

Todo ha sido un espejismo. Su Consejería, desde la Dirección de Aprendizaje Permanente, ha preferido salir a los medios de comunicación para tratar de ocultar sus vergüenzas con fuegos de artificio. Pretende esconder su renuncia a exigir los fondos para el impulso de un modelo propio y encubrir el incumplimiento de la promesa de descontarlos en su caso del cupo, como anunció a bombo y platillo el lehendakari, (aquello de la asunción unilateral de competencias, ¿recuerda?).

Sus pretensiones se limitan a aceptar los fondos que les asignan y en las condiciones que los asignan, para convertirse así en una ventanilla de certificaciones. Frente a lo manifestado por la directora en su artículo, los fondos que van a transferir desde Madrid no responden a ningún logro ni judicial ni político, sino a la disposición y sumisión de esta Consejería a hacer los deberes encomendados. Desde luego, en la Administración de la que usted forma parte, cuenta con antecedentes de chiringuitos como Langai, Egailan, modelo en el que se convertirá Hobetuz.

El papel de «tercero» o «invitado» que se auto-asigna su Administración en este conflicto de marcado carácter político supone desconocer el origen del Acuerdo Interprofesional, cuando no eludir evidentes responsabilidades políticas en una materia de gran importancia para el empleo.

Queremos recordarle que tras el Acuerdo Interprofesional estaba la voluntad mayoritaria de la Administración y de agentes económicos y sindicales vascos por construir un modelo que respetara la voluntad de los firmantes y que tuviera como consecuencia la financiación procedente de las cotizaciones. Pero además pensábamos, y pensamos, que los centros de FP dependientes de la red educativa vasca deben tener un papel decisivo en el modelo.

La explicación que encontramos a su renuncia actual es que a usted y al Gobierno del que forma parte les gustaría que el papel de los sindicatos fuera de asistentes ornamentales y aplaudidores de sus políticas; que participáramos pero que no tuviéramos capacidad para tomar decisiones de fondo ni en los órganos de participación institucional ni tampoco en la formación profesional continua. Por eso, entre otras cosas, han aceptado liquidar el modelo vasco y apuntarse a un modelo estatal en el cual con la financiación se compran las voluntades.

El tiempo nos ha dado la razón a quienes venimos denunciando que un modelo que pretende hacer de la formación profesional continua el negocio financiador de algunas organizaciones sindicales y patronales termina siendo incompatible con los intereses generales. Usted sabe que la formación impartida en la CAPV es cada vez de peor calidad y más inservible para el reciclaje profesional del conjunto de las trabajadoras y trabajadores; no así para las arcas de organizaciones como Confebask, CCOO y UGT.

Los últimos datos referentes a la CAPV avalan lo que hemos denunciado reiteradamente; usted los tiene. Haga un recorrido por los cursos que promueven sus compañeros de viaje y promociónelos, como será su cometido a partir de ahora con los fondos de Hobetuz. Ya lo sabe, cursos de Informática, Yoga, Pilates o Kamishibai, «el arte japonés de contar cuentos».

Pero, por favor, a nosotras y nosotros no nos vuelva a contar más cuentos.